Walter Aldana Q.
Se discutirá de manera vehemente y acalorada en la comisión Séptima del Senado el proyecto de ley sobre la reforma laboral presentado por el Ejecutivo, que ya hizo tránsito en la Cámara de Representantes, donde fueron eliminados 18 iniciativas que pretendían recuperar derechos colectivos de los obreros y trabajadores del país.
En esta próxima legislatura la comisión Séptima del Senado estará encargada de debatir, modificar, anexar, aprobar o reprobar el proyecto de ley, que de ser aprobado pasará a la etapa de conciliación con el texto de la Cámara para su aprobación definitiva y la sanción presidencial.
El movimiento sindical y popular de manera mayoritaria se ha expresado en torno a varios ejes claves del proyecto inicial presentado por el Gobierno, y ha resaltado la importancia de la reducción gradual de la tercerización laboral en cuanto afecta los derechos de estabilidad laboral y el pago de las prestaciones legales ley. Así mismo ha indicado la necesidad de priorizar la recuperación del trabajo formal y disminuir la flexibilidad laboral.
Llama especialmente la intención de la iniciativa gubernamental, el denominado “contrato de aprendizaje”, que exige a las empresas reconocer un recurso económico a los estudiantes aprendices y que su labor sea tomada en cuenta como experiencia laboral hacia el futuro.
De igual manera, el proyecto inicial reconocía los derechos sindicales y/o colectivos y su importancia para la armonía de la relación patrono- empleado, de conformidad con nuestro estado social de derecho en el que debe primar la protección de los derechos de obreros y trabajadores.
Por primera vez se incluyó el enfoque de género en el proyecto de ley con propuestas de fondo para reconocer los derechos de las mujeres, garantizar su bienestar y, de esa forma, afrontar la invisibilización de su aporte a la construcción de país.
Se opone la derecha a la aprobación de la reforma alegando su impacto sobre los patronos. Alharaquean en sus grandes medios de comunicación y manipulan a sectores de su audiencia diciendo que el empleo va a ser afectado. Olvidan a propósito que, contrariamente a lo que previeron en su momento, la flexibilidad laboral NO generó el impacto esperado en la creación de nuevas fuentes de empleo y de ingresos, pero sí enriqueció más a los dueños del capital. Finalmente, cualquier impuesto o alza termina pagándola el usuario.
Como es de imaginar, en el Senado la derecha pretenderá eliminar lo poco de progresista que queda en el proyecto de reforma aprobado en la Cámara.
Será en las calles donde se acompañe al presidente y la propuesta del progresismo.
Requerimos una reforma con sensibilidad popular