Por Diego Fernando Sánchez Vivas
Termina otro año. Se cierra un capítulo más del inexorable paso del tiempo, que nos abona en su devenir inexorable un contraste de penas y alegrías, de dichas y tristezas, de sonrisas y lágrimas, pero también nos evidencia la esperanza de un futuro mejor y la expectativa por el año que comienza y los retos que hacia el futuro debemos afrontar.
En el plano nacional el 2024 fue el año de los contrastes en materia política. El Gobierno Nacional presentó importantes iniciativas legislativas en materia de salud, pensional, laboral, algunas de las cuales han causado reacciones diversas en la opinión pública nacional por sus alcances y contenido de vanguardia como el cambio en el sistema general de participaciones. Sin embargo se han presentado situaciones negativas para el gobierno nacional como el escándalo de la UNGRD, que causó la detención de la exconsejera para las regiones Sandra Ortiz y la renuncia del ministro de hacienda Ricardo Bonilla, los desaciertos en la designación de funcionarios diplomáticos con diversos cuestionamientos que causó opiniones adversas en la opinión pública. También fue noticia la designación del abogado Gregorio Eljach como nuevo procurador, la crisis fiscal, la situación compleja del sector salud, y la realización de la COP16 que fue todo un éxito. Muy lamentable la situación de orden público en toda la nación. A pesar de los esfuerzos del Gobierno Nacional por lograr la llamada “Paz total”, se presenta un panorama complicado en los índices de violencia, ya que no cesan los asesinatos de líderes sociales y se presentan múltiples masacres en todo el territorio nacional.
En el plano internacional, lamentable y repudiable lo acontecido en la Franja de Gaza, donde una estructura militar estatal arremete casi a diario contra la población civil palestina inerme, y del otro lado rehenes civiles israelitas secuestrados por el grupo terrorista Hamás como carne de cañón de un conflicto que lleva años enteros sin resolverse. Si a esto agregamos el conflicto de Ucrania, los daños causados por el cambio climático, el impredecible comportamiento de la evolución de la inteligencia artificial que plantea para el género humano retos de una dimensión no ponderada hasta el momento, nos hacen mirar con un optimismo moderado el futuro de la humanidad. Un respiro a tanta noticia negativa la realización de los Juegos Olímpicos en París
Aun así conservamos una gran esperanza en el futuro por la misma entereza, inteligencia, valor y talento del género humano. Esperemos entonces que el nuevo año nos traiga vientos de progreso, desarrollo y bienestar. A todos nuestros lectores les deseamos un FELIZ AÑO 2025