En los últimos días, la ciudad de Popayán ha sido testigo de un intenso debate en el Concejo Municipal a raíz de la moción de censura promovida contra el jefe de gabinete de la Alcaldía. Este tipo de herramientas son fundamentales para garantizar el control político, una función esencial en la democracia local. Sin embargo, el desarrollo de estos debates revela un desafío que no podemos ignorar: la necesidad de una discusión constructiva.
El jefe de gabinete, según el manual de funciones, es una instancia asesora que no tiene a su cargo la ejecución presupuestal. Es decir, su rol está enfocado en coordinar, orientar y apoyar las decisiones estratégicas de la administración municipal, pero no en gestionar, ni ejecutar los recursos de manera directa. Por tanto, atribuirle responsabilidades que no le competen, como el bajo nivel de ejecución presupuestal de algunas secretarías, no solo desdibuja el objetivo de la moción de censura, sino que también distrae al Concejo de su verdadero rol: analizar las funciones específicas de este funcionario y su impacto en la gestión pública.
Dicho esto, es innegable que algunas apreciaciones de los concejales reflejan preocupaciones legítimas de la ciudadanía, particularmente frente a la percepción de falta de competencias en ciertos secretarios de despacho. Estas críticas son valiosas y deben ser escuchadas tanto por la administración municipal como por quienes ejercen funciones de liderazgo. Sin embargo, es igualmente necesario que estas preocupaciones sean canalizadas a través de debates bien documentados, con argumentos sólidos y dirigidos hacia los responsables reales de los problemas identificados.
Lamentablemente, algunos concejales, al intentar responder a las inquietudes de sus comunidades, han caído en analogías equivocadas, señalando culpables que no corresponden y debilitando la seriedad del debate. Esto no solo afecta la legitimidad del control político, sino que también genera una percepción errada en la opinión pública sobre cómo se están tomando las decisiones en el Concejo.
En lugar de diluirse en acusaciones infundadas, el Concejo tiene una oportunidad invaluable: citar al jefe de gabinete para discutir de manera clara y precisa sobre sus funciones y su papel dentro de la administración municipal. Este ejercicio no solo permitirá aclarar responsabilidades, sino que también contribuirá a fortalecer la relación entre el Concejo y la Alcaldía, en beneficio de los ciudadanos.
Finalmente, es crucial que la administración municipal tome con seriedad las preocupaciones planteadas por los concejales, revisando la idoneidad de los secretarios de despacho y buscando fortalecer sus competencias. La gestión pública requiere líderes preparados, capaces de responder a las complejidades de la administración y de ofrecer soluciones efectivas a los problemas de la ciudad.