Por: Juan Carlos López Castrillón.
Este año, la administración de la “Alianza por Popayán” tiene casi mil millones de pesos para ejecutar en la política pública de protección animal, pero en los primeros diez meses apenas había contratado cerca del 9%, comprando alimentos (algo que solo hicieron en octubre en un contrato extraño) y en una OPS.
El resto del dinero piensan gastarlo en esterilizaciones ($450 millones), lo cual apenas está en proceso de selección, y en una clínica veterinaria ($84 millones), de acuerdo con la información que presentó ante el Concejo Municipal el nuevo Secretario de Salud.
Faltan en estas cuentas más de $300 millones, que quieren ejecutar de forma exprés en una enorme burocracia innecesaria, con cargo a este rubro.
Mientras tanto, tienen paralizado el inicio de actividades del Refugio Animal, una obra de enorme impacto para el beneficio de perros, gatos, caballos y otros animales vulnerables.
La nueva excusa es ridícula: dicen que no hay dinero. Esto lo afirman porque en las cuentas que presentan del presupuesto anual para el funcionamiento de este centro, cargan una serie de gastos que corresponden a la normal operación del municipio, como la vigilancia, los servicios públicos, el internet, el aseo y, obviamente, casi $700 millones de pesos en prestaciones de servicios burocráticos para el año entrante. Por eso la cifra se dispara a $2.400 millones anuales y dicen que no pueden funcionar porque no tienen esa plata. ¡No sean descarados! ¡No mamen más gallo!
El refugio puede entrar a operar de inmediato: tiene todo lo necesario, desde personal veterinario y administrativo hasta equipos médicos y quirúrgicos, mobiliario, medicamentos e insumos. Las obras están terminadas al 100%, luego de que se completara el 5% que quedaba pendiente desde enero –un porcentaje que nuestra administración no pudo finalizar a tiempo debido a retrasos en los permisos que debía expedir la CRC. Este año se firmó un contrato para obras complementarias menores, y hoy el refugio está listo para abrir sus puertas.
Lo que hay de fondo es una sola cosa: una monumental pereza para que este centro de bienestar animal inicie a funcionar, dando atención y hogar a cientos de animales vulnerables. No es más.
Seguro prefieren decir que avanzarán muy lentamente durante los tres años que ya les quedan, pensando que así lograrán que esta obra pase desapercibida. Están muy equivocados; con esa actitud solo están certificando, una vez más, que son incapaces de cumplir sus tareas. Si es por dinero, pues este se consigue; tienen de sobra sin ejecutar en rubros de libre destinación. Es solo una decisión política hacer el traslado. Si no, jamás habría existido este refugio, pues con el porcentaje de recursos destinados a este propósito no se habría hecho ni el primer bloque de la construcción.
Lo malo es que esto no solo pasa con la protección de los animales, sino también con muchas otras responsabilidades sociales que tiene la alcaldía, como el apoyo a los adultos mayores, la alimentación escolar, el fondo educativo, la escuela de música, el internet de los colegios, el transporte escolar, las escuelas deportivas, etc.
En fin, la conclusión es que le han mamado descaradamente y de frente mucho gallo a la protección de los animales más vulnerables del municipio, y eso, como todo en la vida, tiene un costo que va más allá de lo político y lo administrativo.