jueves, junio 19, 2025
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Política y participación

CARLOS E. CAÑAR SARRIA

carlosecanar@hotmail.com

“…Los ciudadanos participan y confían en la política en la medida en que ésta les ofrece resultados prácticos, en términos de bienestar, o les ofrece, por lo menos, cierta seguridad sobre cuál va a ser su futuro inmediato o su futuro previsible. Si la política no es capaz de ofrecer mejoras ni de alentar esperanzas, las razones para participar en política se hacen cada vez menores”. (Ludolfo Paramío). Esta tesis del analista español sirve para indicar la importancia de la participación y la confianza de los ciudadanos en los partidos políticos y en los gobernantes.

Muchas veces la incertidumbre es compañera de los pueblos, debido a que las garantáis que les ofrecen sus gobernantes y dirigentes son casi nulas. Por eso la gente se desencanta de la política y de los políticos. Cuando en las prioridades de los gobernantes no está garantizarle a la población un futuro seguro y tranquilo, se pone en grave riesgo la democracia y la vida política. Los partidos políticos demuestran gran debilidad en canalizar las demandas sociales frente a la atención de los requerimientos y necesidades de la gente que ansía que sus aspiraciones se vean cristalizadas en programas de gobierno y en políticas públicas. Los partidos políticos se circunscriben al juego electoral y de ahí no pasan. El escepticismo se apodera de las personas.

El citado autor español señala que hay que estar preparados para una “participación política voluntaria y activa, prevista a corto plazo, va a estar más centrada en movimientos o asociaciones destinados a resolver conflictos muy concretos: problemas de conservación del medio ambiente, problemas de la población indígena en determinadas áreas, problemas de ámbitos locales en ciudades, pueblos o regiones.” Esto, a nuestro entender, presupone que tanto los partidos políticos como los gobernantes, deben prepararse no sólo para ganar las elecciones sino también para gobernar. En no pocas localidades y regiones del país se observa el desgobierno y la inoperancia de la administración pública.

En ciertas crisis o eventualidades que son inevitables en el ejercicio del poder, a los gobernantes les corresponderá improvisar, pero deben utilizar la razón para que las decisiones y acciones causen menos daños a la población en términos de vidas humanas y en costos económicos. Sin embargo, la improvisación cotidiana debe evitarse porque sabe a incapacidad e irresponsabilidad. Quienes asumen las riendas del poder deben conocer de antemano el barco que están dirigiendo, sus debilidades y fortalezas para que la gente también sepa de qué se trata y no abrigue falsas expectativas que a la vuelta del camino generan decepciones.

Los buenos gobernantes improvisan poco y aciertan más. No actúan en contravía de quienes han depositado en ellos la fe y la esperanza en un futuro mejor. Los diálogos y concertaciones con las comunidades son buenos indicativos del buen gobierno. En ello se miden el liderazgo y la legitimidad de los gobernantes. En la capacidad de cohesionar y comprometer a los ciudadanos en la solución de conflictos. Una ciudadanía viviente y actuante implica compartir responsabilidades con los gobernantes. La carencia de liderazgo siempre implica que los fracasos terminan acorralando a quienes detentan el poder.

CONDOLENCIAS: Profundo dolor ha ocasionado el sensible fallecimiento del abogado Hernando López Iragorri, destacado jurista y encomiable persona. Su ejercicio profesional, su sentido de la amistad, don de gentes, su pasión por la música y su buen humor lo hicieron muy conocido y apreciado por la sociedad caucana, que hoy lamenta su desaparición. En nuestro caso personal, contamos con el privilegio de su valiosa amistad. Acompañamos de corazón en estos momentos de dolor, a sus familiares, en especial a su inseparable compañera, la contadora pública, Eumenia Orozco. ¡Paz en su tumba!

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