miércoles, junio 18, 2025
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No se puede echar para atrás lo que, supuestamente, no se adoptó

Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, El Liberal

La saga del gas en Colombia ha dado un nuevo giro, digno de la confusión a la que nos tiene acostumbrados el gobierno. Primero, se emite la Resolución 40444 de 2024, que establece un racionamiento de gas natural debido al mantenimiento de la planta de regasificación SPEC. Los medios de comunicación hacen eco de la noticia: el país se prepara para una reducción de gas entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre.

Pero, en un giro inesperado, el presidente Gustavo Petro sale a decir que no habrá racionamiento, porque, según él, nunca se trató de eso. Aseguró que lo que se había anunciado era una “medida preventiva”, como si el racionamiento no fuera lo que claramente estaba estipulado en la resolución. Una maniobra discursiva que crea una narrativa alternativa en la que lo escrito por su propio gobierno parece ser irrelevante.

Y cuando pensábamos que ya nada más podría complicarse, el gobierno vuelve a corregirse a sí mismo: la Resolución 40444 sigue vigente, pero ahora se asegura que no habrá racionamiento, a menos que el mantenimiento de la planta de regasificación en Cartagena se complique. Es decir, la resolución sigue ahí, lista para ser aplicada si las cosas no salen como se espera, pero el racionamiento—que según el presidente nunca fue tal—no se implementará, salvo que sea absolutamente necesario.

Entonces, ¿cómo podemos explicar esta contradicción? No se puede echar para atrás una medida que, según el presidente, nunca existió. Sin embargo, la resolución se publicó, los medios la reportaron y los actores del sector energético se prepararon para el racionamiento. Lo que parece evidente es que el presidente decide moldear la realidad a conveniencia, sin importar que los hechos ya hayan sido difundidos y que exista un documento oficial que contradiga su versión.

Este tipo de inconsistencias ya no son nuevas y van consolidando la incredulidad que varios observadores tienen al gobierno. Si desde el principio no había un racionamiento, ¿por qué sostener la resolución y anunciar públicamente su “cancelación”? Es un ejemplo más de cómo el discurso oficial cambia según las circunstancias, creando una realidad paralela que solo existe en la narrativa del presidente.

Lo cierto es que, al final, el suministro de gas será priorizado para ciertos sectores, y el país deberá estar atento a si el mantenimiento de la planta SPEC se complica. Mientras tanto, el gobierno sigue jugando con las palabras y las expectativas de un país que ya no sabe qué esperar de las decisiones que se toman desde el poder.

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