Juan Carlos López Castrillón
Hace varios años escuché de unos campesinos del Cauca que los bellos pájaros llamados Barranqueros tienen un significado espiritual cuando se acercan a nosotros; dice su tradición oral que traen saludos de los seres amados que ya no están con nosotros, son mensajeros y cada uno entenderá a su manera lo que le quieren decir.
¿A qué viene esta historia? La he querido traer a cuento para hacer un símil con lo que pasó este jueves 29 de mayo en el barrio La Paz de la comuna 2 de Popayán, cuando un pequeño grupo de encapuchados atacó con papas bombas el CAI del sector, como una desafortunada expresión del Paro Nacional.
De pronto apareció una señora alentando a defender al policía que hacía turno en ese CAI. En los videos, ampliamente difundidos en las redes sociales y los medios de comunicación, se oye su voz angustiada convocando a los vecinos a que salgan de sus casas y la acompañen a repeler la agresión. Para sorpresa de todos y – ahí sí – “por primera vez”, la comunidad se movilizó y literalmente corrió a los vándalos. Que yo recuerde eso no había pasado nunca.
Pero no fue solamente aquí en Popayán, los ejemplos de situaciones parecidas se contaron en muchas partes del país.
En todas estas expresiones espontáneas de rechazo al vandalismo hay implícito un “mensaje de Barranquero”: la gente se hartó de la violencia en la protesta, de los bloqueos en las vías, de la destrucción de las edificaciones públicas y privadas, y de tener que caminar kilómetros porque no hay transporte público (caso de Bogotá).
Las mismas organizaciones sociales y populares están diciendo – sin renunciar a sus luchas – que la batalla tiene que ser más en la ruta de la política y por medio de los instrumentos de la imperfecta democracia que tenemos.
Se viven tiempos de reflexión en muchos sentidos y quien no lo entienda y no lea bien lo que está sucediendo, sencillamente quedará como un extraterrestre. Hay importantes señales en el presente que estamos viviendo, entre ellas la de perderle el miedo al miedo, como lo demostró la valiente vecina y la gente del barrio La Paz.
Por eso, gracias vecina ! como también hay que decirle gracias ! a esos barranqueros que permanentemente se acercan y nos traen saludes y mensajes.
