El Bundestag votó en contra de una propuesta que buscaba restringir la política migratoria, impulsada por la CDU y respaldada por la AfD. La iniciativa fue rechazada por un estrecho margen, generando un intenso debate político y social en Alemania.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
El Parlamento alemán, conocido como el Bundestag, rechazó este viernes una propuesta de ley que buscaba endurecer la política migratoria del país. La iniciativa, presentada por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y respaldada por la Alternativa para Alemania (AfD), fue desestimada con 350 votos en contra, 338 a favor y 5 abstenciones. Este resultado refleja la división existente en el ámbito político alemán respecto a la gestión de la inmigración.
La propuesta de ley incluía medidas como la suspensión de la reunificación familiar para ciertos refugiados, la ampliación de las competencias policiales y la introducción de objetivos legales para limitar la migración. Estas propuestas surgieron tras incidentes recientes que involucraron a solicitantes de asilo, lo que intensificó el debate sobre la seguridad y la inmigración en Alemania.
El líder de la CDU, Friedrich Merz, defendió la necesidad de estas medidas argumentando que eran esenciales para garantizar la seguridad y responder a las preocupaciones de la ciudadanía. Sin embargo, su decisión de aceptar el apoyo de la AfD para impulsar la legislación generó controversia, ya que, tradicionalmente, los partidos principales han evitado colaborar con la extrema derecha. La ex canciller Angela Merkel criticó esta alianza, calificándola de “equivocada“.
El canciller Olaf Scholz también expresó su preocupación, sugiriendo que esta colaboración podría allanar el camino para futuras coaliciones entre la CDU y la AfD. “No se puede excluir ya la posibilidad de que tras las elecciones del 23 de febrero emerja un Gobierno de democristianos y AfD“, afirmó Scholz.
La votación en el Bundestag se retrasó varias horas debido a intentos de última hora por parte de otros partidos para llegar a un compromiso y evitar que la ley se aprobara con el apoyo de la AfD. Finalmente, la propuesta fue rechazada, en parte debido a que algunos miembros de la CDU y del Partido Democrático Libre (FDP) decidieron no respaldarla. Merz reconoció que al menos doce de sus representantes no votaron a favor de la ley y afirmó respetar su decisión.
La reacción pública no se hizo esperar. Miles de ciudadanos se manifestaron en diversas ciudades alemanas, expresando su descontento con la posibilidad de que una ley se aprobara con el apoyo de la extrema derecha. Estas protestas reflejan la sensibilidad de la sociedad alemana respecto a cualquier colaboración con partidos de ideologías extremistas, dada la historia del país.
