La empresa líder en empaques a base de papel reafirma su compromiso con Colombia al entregar un proyecto vial de más de 7 mil millones de pesos en Riosucio, Caldas, beneficiando a más de 16 mil personas.

Con 80 años de trayectoria en Colombia, Smurfit Westrock es mucho más que un referente en la producción de empaques sostenibles. Su historia está marcada por un modelo de economía circular que no solo prioriza la sostenibilidad ambiental, sino también el desarrollo integral de las comunidades donde opera. Líder en reciclaje y reforestación, la compañía ha establecido un estándar en la gestión responsable y el fortalecimiento de entornos sociales y económicos.
El reciente proyecto de mejoramiento vial en la vereda El Oro, en Riosucio, Caldas, es un ejemplo contundente del impacto que esta empresa puede generar. Con una inversión de 7.126 millones de pesos, Smurfit Westrock entregó 2.158 metros lineales de infraestructura vial, conectando siete veredas de los municipios de Riosucio (Caldas), Jardín (Antioquia) y Guática (Risaralda). Este avance no solo transforma la movilidad, sino que fortalece el acceso a servicios esenciales, facilita el transporte de carga agrícola y forestal, y promueve la conectividad regional.
La inauguración de esta obra, realizada el pasado 19 de diciembre, no fue un evento cualquiera. Habitantes, líderes comunitarios y autoridades locales se reunieron para celebrar una transformación que muchos consideraban inalcanzable. Leidy Montoya, una de las residentes beneficiadas, resumió el sentir colectivo al expresar: “Había trayectos muy malos que complicaban el paso de carros, motos y hasta de niños. Ahora podremos salir al pueblo con más facilidad“.

Beneficiarios y motivos detrás del proyecto
El impacto del proyecto es palpable. Más de 16,254 personas se benefician directamente de esta obra, lo que refuerza el compromiso de Smurfit Westrock con las comunidades más vulnerables del país. El mecanismo de Obras por Impuestos, bajo el cual se ejecutó este proyecto, es un modelo que permite a empresas destinar parte de sus impuestos a la realización de obras en municipios afectados por el conflicto armado y con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET). En este contexto, la inversión de Smurfit Westrock no solo es una muestra de responsabilidad corporativa, sino también una apuesta por la reconstrucción del tejido social.
Luis Aristizábal, Gerente del Proyecto, destacó que este tipo de iniciativas son seleccionadas en conjunto con las comunidades, asegurando que responden a necesidades reales y tienen un impacto a largo plazo. “Identificamos junto a la comunidad proyectos de alto impacto y largo plazo. Este mejoramiento vial facilita la movilidad en una región con gran potencial productivo”, afirmó.
Inversiones y resultados
El compromiso de Smurfit Westrock no termina en Riosucio. En los últimos cuatro años, la compañía ha destinado más de 46.100 millones de pesos a proyectos de infraestructura vial y educativa en Cauca, Valle del Cauca, Quindío y Caldas. Estas obras han beneficiado a más de 131 mil personas, mejorando su acceso a servicios básicos, fortaleciendo la seguridad vial y dinamizando la economía local.
Proyectos como el de Riosucio son un ejemplo claro de cómo el sector privado puede ser un aliado estratégico para el desarrollo de las regiones. La conectividad no solo reduce costos de transporte y mejora la calidad de vida, sino que también crea oportunidades para el crecimiento económico y social.
Además, el impacto no se limita a la infraestructura. Este tipo de inversiones fomentan un sentido de pertenencia en las comunidades y fortalecen las relaciones entre los actores locales, el gobierno y el sector privado. La Fundación Smurfit Westrock también juega un rol clave en este proceso, complementando estas obras con programas educativos y sociales que aseguran un desarrollo sostenible y equitativo.

Smurfit Westrock ha demostrado que el desarrollo sostenible no es solo un objetivo, sino una realidad alcanzable con compromiso y visión. En un país como Colombia, donde las desigualdades y los retos estructurales son evidentes, iniciativas como esta se convierten en faros de esperanza.
La empresa reafirma su compromiso con la construcción de un futuro más próspero, en el que cada inversión contribuya al bienestar colectivo. Desde su modelo de economía circular hasta proyectos como el mejoramiento vial de Riosucio, Smurfit Westrock es un ejemplo de cómo la sostenibilidad puede ser el motor de un cambio profundo y duradero.
Al mirar hacia el futuro, queda claro que la colaboración entre el sector privado, el gobierno y las comunidades locales es la clave para transformar realidades. Smurfit Westrock nos enseña que no se trata solo de hacer negocios, sino de dejar un legado que trascienda generaciones. Y es precisamente este legado el que sigue marcando la diferencia en Colombia.