Jorge Eliecer Ortiz Fernández @jeliecerortiz
Conmoción y hasta temor ha generado en diversos círculos sociales, políticos y económicos del país, en razón, a la reciente visita efectuada por el Señor Presidente de los colombianos, al país asiático de la china. Siempre y desde tiempos pretéritos, desde diversas vertientes de pensamiento económico, se ha tenido en la agenda la apertura económica del país mirando hacia otros horizontes, diferentes a los del norte, y es precisamente el pacífico, teniendo como atenuante, la resiliencia, de la comunidad oriental, que históricamente se ha visto involucrada en hechos históricos que culminaron en sangrientas guerras , pero muy a pesar de ello, lograron sortear las vicisitudes generadas por los enfrentamientos bélicos, para pasar a construir economías sólidas que hoy día surten estantes de grandes superficies ubicadas en países, que en otrora fueron los grandes enemigos por causas ideológicas y por el afán de proteger territorios de aliados.
Pues bien, con la llegada del Señor Trump a la presidencia del país del norte y por su peculiar forma de proteger sus fronteras económicas, hasta el punto de no honrar los tratados de libre comercio, aún vigentes, no ha quedado otra alternativa y por fuerza mayor, para que algunos mandatarios, que se niegan a seguir bajando la cabeza ante el poder del norte, pues agendaron su periplo por una de las economías más estables del orbe, liderada por el señor Xi Jinping, quien de manera inteligente lidera la llamada Ruta de la Seda, estrategia económica con visos internacionales, que tiene defensores como detractores, de manera especial en nuestra Colombia, pues no es de poca monta, que las exportaciones nacionales hacia el país del norte pasan el 30% del total, mientras que hacia la china solo llegan al 4.2%; es todo un reto, que implica el ajuste integral de todo un aparato económico, de manera especial para las empresas exportadoras del país, que los lleva inexorablemente a conocer dinámicas económicas nuevas en el contexto internacional.
Desde luego, que las narrativas de los contradictores al cambio, vienen generando alertas, más para generar desconcierto, qué mesas técnicas de trabajo para conocer el entorno de la Ruta de la Seda, también conocida como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), es un proyecto ambicioso de infraestructura global propuesto por el gobierno chino. Según estimaciones, la Ruta de la Seda abarca aproximadamente el 60% del PIB mundial, 70% de la población mundial y más de 150 países del mundo. En términos de inversión, Beijing planea prestar hasta ocho billones de dólares para infraestructura en 68 países, lo que supone un impacto significativo en la economía global. La Ruta de la Seda no solo busca fortalecer la conectividad y la cooperación global, sino también promover el flujo de bienes, inversiones y personas entre Asia, Europa, África y América Latina. Observando esta visión global hacia lo que le apunta esta estrategia de desarrollo multilateral, claramente permite evidenciar del porqué de las amenazas del señor Trump con el incremento de aranceles para países que muestren los dientes frente a las medidas arbitrarias tomadas desde su posesión, que se incrementaran, en el mismo instante que los países afectados, volteen a ver a los chinos, que la tienen fácil, para lograr un emporio económico internacional, que, sin duda, pondrá en alto riesgo el liderazgo económico y político de los Estados Unidos. Por nada del mundo, Colombia se puede abstraer de esta realidad, el presidente Petro ya dio el paso firmando el acta de entendimiento con el gobierno chino, corresponderá a su equipo económico, brindar las garantías jurídicas y tributarias para que los empresarios colombianos inicien su periplo en la búsqueda de nuevos mercados y clientes para el consumo de los productos nacionales en países con población 4 veces superior (1.411 miles de millones) a la norteamericana (334.9 millones). Jorgeeliecer_ortiz@yahoo.es