Por: Sebastián Silva-Iragorri
Estamos llenos de noticias de todas clases, internacionales, nacionales, y regionales y nos corresponde seleccionar algunas y comentarlas bajo la lupa rigurosa de la investigación y la verdad, con el ánimo de colocarlas a discusión de los ciudadanos.
Cómo no pensar que con el asesinato de Miguel Uribe se tronchó una brillante carrera y se le privó a él y a Colombia de la posibilidad de obtener la presidencia en 2026 o en 2030. Reflexionaba en estos días sobre cómo sería Colombia si hubiera podido ser gobernada por Luis Carlos Galán o por Álvaro Gómez Hurtado y cuál sería ahora su grado de desarrollo y progreso. También estoy observando hoy en las gentes, después de la condena de Uribe Vélez y el crimen de Miguel Uribe Turbay, que hay mucha rabia expresada en el deseo de sancionar democráticamente esos actos con una votación masiva para un cambio total en las próximas elecciones. He escuchado decir a muchos “Ya quiero ir a votar”. Hay pues una reacción que va a materializarse en las urnas y producirá un profundo cambio en la dirección política de Colombia.
Se suman a estos hechos otros que dejan perplejo al ciudadano común. Todos hemos tenido la sensación de tener la joya de la corona en materia empresarial con Ecopetrol, fundada por el régimen conservador de 1951. Ecopetrol ha sido un orgullo de los colombianos, por su manejo, su alta dirección técnica y por sus utilidades que benefician a la Nación y la comunidad. Hoy amanecemos los colombianos con la triste noticia de que Ecopetrol ha perdido en utilidades un 46% en el último trimestre y que sus fortalezas empiezan a debilitarse. No entendemos entonces ¿Cómo se puede en forma irresponsable seguir contratando personal con órdenes de servicios para pagar favores electorales sin ninguna austeridad o freno al gasto de funcionamiento y se presenta al mismo tiempo un presupuesto nacional con una nueva reforma tributaria, disimulada con el nombre de ley de financiamiento, para extraer más recursos a las empresas y los ciudadanos?
El gran evento anual de la ANDI siempre ha sido un faro para el País por cuanto define lineamientos y perfiles económicos y sociales, además marca el liderazgo empresarial en nuestro sistema capitalista y de libre mercado. Les fue bien a los candidatos presidenciales que asistieron y les fue bien a los alcaldes de las principales capitales que subieron al escenario principal con la bandera de Colombia en contraste con el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, que había subido antes con otra bandera y con un tema que no era de discusión en ese escenario.
No puede haber desarrollo sin el empuje del sector privado, sin la vocación y pasión del emprendedor particular, sin la responsabilidad social del empresario para llenar espacios e impulsar sectores deprimidos y no puede haber seguridad sin una fuerza pública empoderada y apoyada por los ciudadanos.
Qué no decir del Café, tal vez el único sector que no se ha dejado manosear por el mandatario nacional y hoy sus resultados son promisorios y destacados con 14,6 millones de sacos para bien del sistema nacional y para las más de 600 mil familias que trabajan en este sector.
La Cumbre en Alaska entre Trump y Putin deja muchas esperanzas y así lo manifestaron al final ambos mandatarios. Trump interviene voluntariamente como un mediador pues como lo ha dicho siempre se trata es de evitar más muertes y salvar vidas. Este lunes se ha reunido en Washington con Zelensky y queda el mandatario ucraniano informado de lo hablado en Alaska y deberá prepararse para una reunión posterior a la que volverán Trump y Putin y que parece se realizará en Moscú. Hay pues avances, progresos y una ruta definida. Ahora la esperanza ha renacido y estamos del lado de los optimistas, de los que esperamos que el proceso continúe y pronto se llegue a un final con un gran acuerdo de paz integral que será celebrado por el mundo entero.




