miércoles, junio 18, 2025
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Violencia que no construye

Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, El Liberal.

Es profundamente lamentable que un acuerdo alrededor de la tarifa de la estampilla pro Universidad del Cauca, alcanzado entre los representantes de los estamentos universitarios, la Gobernación y la Asamblea Departamental, haya terminado empañado por hechos de violencia. Lo que debía ser motivo de celebración, por garantizar la financiación de una institución fundamental para el desarrollo de nuestra región, se transformó en un escenario de división y confrontación.

Estas protestas dejan en evidencia las tensiones internas en el estamento estudiantil. Resulta contradictorio que, mientras su representante celebraba públicamente el acuerdo como un logro por el monto alcanzado, otros sectores del estudiantado respondieran con rechazo y actos violentos. Esta brecha entre las posturas no solo cuestiona la efectividad de los espacios de concertación promovidos, sino que también debilita la confianza en los procesos representativos y participativos que deben primar en la vida universitaria.

Ojalá estos eventos sean un hecho aislado y no el inicio de un “caballo de batalla” para justificar anormalidades recurrentes al interior de la universidad. La violencia y la confrontación no pueden convertirse en herramientas para expresar inconformidades ni para imponer agendas. Es necesario que las diferencias se tramiten a través del diálogo respetuoso y constructivo, tal como lo demanda la misión educativa y cultural de la Universidad del Cauca.

La estampilla es un instrumento vital para garantizar la sostenibilidad económica de la universidad, especialmente en un contexto de crecientes desafíos presupuestales. Que este mecanismo, concebido para transformar realidades y fortalecer la educación pública, sea motivo de violencia y discordia es un reflejo preocupante de la falta de unidad y claridad en los objetivos colectivos.

Es fundamental que todos los actores involucrados reflexionen sobre sus responsabilidades. Los estudiantes, los líderes universitarios y las autoridades deben priorizar el bienestar de la institución y de la comunidad académica. Ojalá que la dinámica cambie pronto y que podamos celebrar acuerdos como este con la alegría y el orgullo que merecen, en lugar de lamentar los daños que dejan a su paso las disputas internas.

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