El Gimnasio Campestre Los Laureles negó que haya alterado la escena de la desaparición de una niña de 10 años en Cajicá. Asegura que los cambios en infraestructura fueron por seguridad y protocolo, no para ocultar evidencias.
En medio de la investigación por la desaparición de la menor, ocurrida el 12 de agosto en las instalaciones del colegio, el abogado de la familia, Julián Quintana, denunció que el lugar en el que se presume desapareció hubo rellenos de tierra, colocación de rejas y refuerzos que—según él—“alteran la escena del posible secuestro”.
En respuesta, el colegio emitió un comunicado donde afirma que tales afirmaciones “no tienen fundamento” y que las obras realizadas fueron “posteriores a los hechos” y motivadas por “fines de protección escolar, no de alteraciones probatorias”. Agrega que desde la desaparición, más de 700 personas entraron a las instalaciones por labores de búsqueda, lo que pudo modificar físicamente el lugar.
“La afirmación de que el colegio manipuló la escena es falsa y carente de soporte.”
Comunicado oficial del Gimnasio Campestre Los Laureles
El colegio aclaró que cualquier intervención —como retiro de policarbón, reinstalación de rejas y refuerzos de seguridad— fue autorizada por el Puesto de Mando Unificado, con el objetivo de prevenir futuros incidentes. También recordó que la preservación de la escena corresponde exclusivamente a la Fiscalía General de la Nación y la Policía Judicial, conforme al marco legal vigente.
Mientras tanto, el caso permanece abierto y bajo análisis del ente acusador, que determinará si existe responsabilidad penal o disciplinaria por parte de la institución educativa.
