sábado, septiembre 13, 2025
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¡Bolivia sorprendente!!

Por Eduardo Nates López.

Gracias a uno de los programas más exitosos de FEDEGAN para sus afiliados: Giras Ganaderas Nacionales e Internacionales, fue posible visitar la zona productiva de Bolivia, en el departamento de Santacruz de la Sierra, que tiene una extensión total por encima de los 37 millones de hectáreas, cuya zona plana está dedicada principalmente a la producción agropecuaria, con avances verdaderamente sorprendentes en genética bovina, en sistemas de cría, levante y ceba de ganado y producción lechera.

Es conocido el axioma que dice que: “para ser un buen ganadero hay que ser un mejor agricultor.” Se sustenta esta tesis en que al ganado hay que alimentarlo bien, con buena calidad de forraje y una buena mezcla de suplementos alimenticios y vitamínicos y de alto contenido de proteína, para que pueda incrementar su producción de leche y carne. ¡Irrefutable!

En los países subtropicales, por las estaciones climáticas (primavera, verano, otoño, invierno) y por razones de disponibilidad de tierra, la necesidad de estabular el ganado se hizo preponderante; y por tanto el mecanismo de allegarle el alimento a su sitio de estabulación. Esa costumbre en los países tropicales, como el nuestro, con grandes extensiones de tierra, es menos arraigada y son muchos los casos en los que el ganadero solo usa el establo para el ordeño y algunas labores específicas (vacunas y tratamientos clínicos); Y la alimentación de los animales se deja a libertad de lo que puedan consumir en el potrero. Entre este par de principios hay una enorme variedad de teorías y prácticas, cuya enumeración ya me comprometería el objeto y el espacio de esta columna. Solo, a manera de ejemplo, menciono dos: La ceba intensiva y los Sistemas Silvo-Pastoriles. El primero consiste en llevarle al ganado su ración alimenticia diaria al sitio en que se encuentra confinado (el establo). El segundo consiste en sembrar en los potreros una serie de árboles y arbustos que aportan la proteína (leguminosas), que se convierten en fuente de alimentación complementaria del pasto (gramíneas), y allí recogen, por sus propios medios, su dosis alimentaria. Poco a poco ha ido evolucionando el sistema tradicional de los potreros que parecen cubiertos con una “alfombra verde” (solo pasto) hacia la presencia de distintos tonos de ramajes, por arbustos y árboles, que le dan movilidad al paisaje.

Pues en esta zona del país hermano, Bolivia, 4 ó 5 generaciones, (La mayoría, de ancestros europeos) se han asentado y dedicado a la explotación agropecuaria y han montado empresas ganaderas dignas de elogios interminables. Naturalmente, se nota la influencia del vecindario con el Brasil. No son extraños los hatos de 3.000 o más reses y casi todos administrados por sus propietarios, cuyas familias enteras viven y trabajan en las fincas. Se han preparado profesionalmente en Brasil, Argentina, Estados Unidos y Europa, en ciencias agropecuarias y/o medicina veterinaria y el núcleo familiar extendido tiene a su cargo todas las responsabilidades de la empresa, con una excelente relación con sus trabajadores y una dedicación envidiable a sus labores del campo. Para dar una idea de la envergadura de la actividad ganadera, menciono el caso de uno de los hatos visitados, que maneja un inventario de 3.000 reses y diariamente despacha a la ciudad de Santacruz (2’000.000 de habitantes aprox.), 100 reses gordas para sacrificio, en sus propios vehículos.

Son impactantes los avances en eficiencia reproductiva en razas como Nelore (originaria de la India y perfeccionada en el Brasil), Gyr lechero (también india) y Red Sindi (originaria de Paquistán). Fue sorprendente encontrar novillas Nelore, de 12 meses de edad, con cerca de 350 kilos de peso y ya ciclando normalmente, aptas para su primera preñez. En un hato tradicional de los nuestros hay que esperar como mínimo 30 meses para llegar a esas condiciones, lo que significa mejorar ¡2,5 veces la capacidad reproductiva!

Imposible concluir esta columna sin mencionar que el cambio de orientación política que se dio el fin de semana pasada en Bolivia, que erradicó definitivamente a Evo Morales del panorama político, será un estímulo incalculable a los avances productivos de ese país, que lo estaban reclamando a gritos en todos los niveles sociales.

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