En una jornada cargada de simbolismo, memoria y cultura, fue inaugurado el nuevo Centro Municipal de Artes de Ibarra, ubicado en la restaurada Casa Andrade Oña, una joya arquitectónica que ahora abre sus puertas al arte y la comunidad.
La histórica casona perteneció al Dr. Daniel Andrade Oña, reconocido ciudadano ibarreño y figura destacada del siglo XX y padre de Rubén Andrade Espinosa, suegro del maestro payanés Rodrigo Alberto Valencia Quijano. Su legado fue homenajeado durante la ceremonia inaugural con el destape de un retrato al óleo realizado precisamente por el maestro Rodrigo Valencia, miembro de su familia política, lo que añadió un toque íntimo y emotivo al evento. El retrato busca no solo inmortalizar el rostro del Dr. Andrade Oña, sino también rendir tributo a su memoria y a la historia que representa.
El inmueble, que por años estuvo en manos privadas, fue adquirido y restaurado por la Municipalidad de Ibarra, en un loable esfuerzo por preservar el patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad. Gracias a una cuidadosa intervención, la Casa Andrade Oña ha recuperado su esplendor original, respetando su estructura, detalles coloniales y alma histórica.
Hoy, esa emblemática edificación se transforma en un espacio para el encuentro, la creación y la difusión artística. El nuevo Centro Municipal de Artes albergará exposiciones, talleres, conciertos y actividades culturales que buscarán fortalecer el tejido social y artístico de Ibarra. “Es un día de alegría para la cultura ibarreña. No solo rescatamos una edificación con valor patrimonial, sino que la ponemos al servicio de todos”, expresó uno de los funcionarios municipales durante la inauguración.
Este acontecimiento no solo marca un nuevo capítulo en la vida cultural de la ciudad, sino que también constituye un ejemplo admirable de cómo el pasado puede dialogar con el presente para proyectarse al futuro.
