La cita fue en Terraplaza el domingo 15 de junio, a las 6:30 am, porque los atletas son madrugadores y fueron llegando vestidos con camisetas blancas con un mensaje claro: “queremos la paz de Popayán, del Cauca y de Colombia”
Por: GERARDO SALAZAR SALAZAR
La cita fue en Terraplaza el domingo 15 de junio, a las 6:30 am, porque los atletas son madrugadores y fueron llegando vestidos con camisetas blancas con un mensaje claro: “queremos la paz de Popayán, del Cauca y de Colombia”, la mañana estaba nublada en la ciudad, fue un momento perfecto para esta actividad simbólica donde los amantes del running de todas las edades, atravesaron desde el norte la ciudad por la carrera novena, hasta llegar al parque Caldas, buscando sensibilizar en este tema que todos añoramos: “vivir una paz duradera”.
La esperanza trascendió el hecho de correr, se constituyó en un símbolo de unidad en medio de la diversidad, en una búsqueda de cada zancada hacia un futuro armonioso, por eso correr por la paz fue un grito en el que coincidieron cientos de deportistas, donde cada paso fue una reconciliación con la vida, con el amor, en un mundo donde debemos mermar los discursos polarizantes y demostrar que somos una nación que puede unirse con un propósito común.
Los atletas, con sus rostros sonrientes y sus corazones llenos de determinación, mostraron que juntos podemos superar cualquier obstáculo; “Correr por la paz” no fue solo una carrera, fue un mensaje de eptimismo para nuestra comunidad”, dijo uno de los participantes. “Cada kilómetro recorrido cientos de gritos de armonía”, añadió. Estas palabras resonaron en todos los presentes, ratificando que el deporte puede ser un poderoso facilitador para el cambio social.
Fue, una celebración de la vida, los atletas convocados de todos los grupos, encabezando la convocatoria el equipo de Poparunners, demostraron que unidos podemos promover grandes causas, por que correr no tiene distinción de genero, ni de edades, ni de política, aquí todos cabemos y eso es un mensaje grande, en un momento crítico por el que pasa el departamento del Cauca, asolado por situaciones de violencia.
Más allá de la competencia, todos corrieron a un rítmo cómodo, solo querían mostrar que deseamos un mejor porvenir y esas voces, resuenan en las mentes de los participantes, generando un impacto que nos recuerda que nuestra condición humana no debe ser el conflicto, sino la diferencia en medio del respeto, la compasión y la unidad, porque todos habitamos este magnifico y rico territorio.
Nos convoca entonces la idea, de que el futuro puede ser más brillante de lo que imaginamos, que si podemos juntarnos para correr por la paz, también podemos unirnos para construir un mundo más justo y prospero y asi hacer la diferencia.
Nuestra región del Cauca, merece la reconciliación y la convivencia pacifica, que seamos participes en los eventos deportivos, sociales y políticos como hoy: con entusiasmo, con alegría, reconociendo que quienes piensan diferente, no son nuestros enemigos, sino otras visiones de un mejor estar, de un hacer, de un bienestar, que finalmente es para todos sin distingos, ni discriminaciones y esa es la aspiración que hoy trasciende el hecho de “correr por la paz” y adicionalmente seguir demostrando que el deporte es una herramienta para promover una calidad de vida para la población en general.
