Por Eduardo Nates López.
La vida privada de un hombre público se vuelve pública… Y la del Presidente de la Re-pública, mucho más…Y esa consideración se extiende a la familia del mandatario. El círculo más estrecho alrededor del presidente comienza a sufrir restricciones a sus libertades que, de alguna manera, han de incomodar. Pero en este caso, Verónica Alcocer García, la sucreña que nos ocupa, se ha encargado de “ponerse de ruana” esas limitaciones y ha protagonizado escenas que no concuerdan con la sobriedad que debiera acompañar a una primera dama de Colombia. Claro que el presidente tampoco se ha destacado por su comportamiento decoroso y gentil, que digamos… Solo basta recordar las imágenes, más que públicas, caminando por las calles de Ciudad de Panamá, en una compañía que ruborizó a muchos…
Los colombianos, desde el día de la posesión, comprendimos que el recato no sería el patrón de conducta de los inquilinos de la Casa de Nariño. Poco a poco fuimos viendo y oyendo historias que corrieron muchos velos y los comportamientos se fueron descarando hasta límites que, aunque no están prohibidos, no estábamos acostumbrados a ellos.
No deja de sorprender la capacidad histriónica de la pareja presidencial: aparecen “haciendo candadito” con sus manos, frente al Papa Francisco, o acunando a Antonella, cuando esta no tuvo ningún empacho en espetarle un madrazo al público que abarrotaba el estadio de Barranquilla, el día que nació la famosa frase: “¡Fuera Petro!”… Ahora, con total descaro, Gustavo Francisco viene a sorprendernos(¿?) contando que llevan más de cuatro años separados, durante los cuales Verónica ha fungido como primera dama sin serlo y ha representado al país en diversos escenarios como las exequias de la Reyna Isabel, las del Papa Francisco y otros…
Lo que está al rojo vivo hoy, es la polémica presencia de Vero Alcocer, disfrutando las mieles del poder y del dinero, en una de las ciudades más caras y exclusivas del mundo: Estocolmo, justo cuando Petro (su ¿ex?) ha firmado un contrato de compra de diecisiete aviones de combate, marca Gripen, a una firma fabricante sueca, por valor de $16,5 billones de pesos, en medio del más severo déficit financiero que atraviesa Colombia. Comentan que el contrato colombiano tiene un sobrecosto del 55%, comparado con lo que pagó el gobierno de Tailandia por los mismos aviones… Vale decir, entonces, que no solo los aparatos sino los fabricantes y, desde luego, Verónica y Gustavo son unos verdaderos aviones…
Hay una vieja frase costumbrista sobre la transparencia que dice: “La señora del Cesar no solo debe ser casta, sino parecerlo…” Y en este punto, la inquieta Verónica no ha puesto absolutamente nada de su parte. Aparece en fachas totalmente informales; se lanza al baile en la calle con el primero que encuentra y protagoniza escenas folclóricas y desparpajadas que, fuera de resaltar su falta de recato generan muchas suspicacias… Además de mostrar que “es chuscona” y alegre, no la amilana ningún escenario… Al sonido de los dos primeros compases, ya está buscando donde “mecer sus caderas”… Con tanta desfachatez en escenarios extranjeros, donde su “ex” acaba de comprometer $16,5 billones de pesos de los colombianos, en un estrambótico negocio, es muy fácil especular sobre las “consideraciones y generosidades” que pueda estar recibiendo la dama, sin ningún empacho… Puede pensarse que a la nueva flota de los 17 aviones Gripen, Colombia aporta uno más, de carne y hueso… ¡muy efectivo, llamado Verónica!
Petro ha hecho en su gobierno todo lo contrario de lo que ofreció como candidato: Fustigaba a Duque por comprar aviones y él acaba de hacerlo. Pero le saldrá tan mal como con los pasaportes. Los suecos tienen tecnologías y partes “Made in USA e Israel” y ¡con destino a Petro no se los pueden suministrar! Verónica no puede viajar en avión porque la lista OFAC la inhabilita para celebrar contratos y el pasaje es uno de transporte; la aerolínea que la aborde podrá ser sancionada. De manera que le va tocar traerla en el FAC-001, pero como no es la primera dama, ¿a qué titulo la trae a comer natilla? …. Y deberá traer en el mismo vuelo al padrastro sueco de las hijas. O le tocará venirse a ella misma, volando en sus propias alas…Esta telenovela de la pintoresca familia presidencial apenas comienza porque vienen las imputaciones de la justicia americana. A los Petros “se les volteó el Cristo”…
