jueves, junio 19, 2025
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InicioOPINIÓNJesús F. Vega Muñoz - Pbro.Ungidos para ser pueblo de esperanza

Ungidos para ser pueblo de esperanza

Padre Jesús Fernando Vega Muñoz

Con el bautismo de Jesús Cerramos el tiempo de Navidad y es en este momento donde vemos como Jesús inicia su vida pública por eso es bueno que estemos atentos durante estos domingos para ver todo lo que Jesús después de su bautismo empieza a realizar, la etapa misionera o apostólica del Señor Jesucristo.

Jesús de Nazaret, se acerca a recibir el bautismo de Juan el Bautista, por quien sintió una particular admiración.

Acojamos la invitación del profeta Isaías: “Mirad a mi siervo… sobre él he puesto mi espíritu”. Es una llamada particularmente interesante en estos tiempos en los que andamos un tanto faltos de sólidos e iluminadores referentes. En la vida del Señor Jesucristo, siempre fiel al Espíritu del Padre.

Es el momento en que nosotros recibamos el Espíritu Santo como lo recibió Jesús en el día del bautismo y nosotros también lo recibimos en ese momento tan especial de nuestro viejo donde nos volvimos y eras vivas para edificar la iglesia, porque la iglesia Somos todos los bautizados.

Qué bueno que podamos profesar nuestra fe y levantemos los cirios de la esperanza para iluminar la vida y aquellas personas que se encuentran aún en tinieblas de muerte.

En este día del bautismo de Jesús en el río Jordán, recordemos también el momento especial cuando nosotros fuimos bautizados y Demos gracias a Dios porque él nos ha hecho esas piedras vivas que pueden dar testimonio de la verdad y del amor y de La Paz.

Que podamos ser esos peregrinos de la esperanza como nos dice el lema del Jubileo.

Ser peregrinos en este mundo que ha perdido la esperanza por tantas cosas que los están atormentando y también porque están sumergidos solamente en la tecnología y no quieren mirar alrededor, la belleza del mundo que Dios nos ha regalado para que podamos ser esos portadores de la Esperanza a tantas personas que por causa de la violencia y de la guerra han perdido la esperanza de ver un mundo mejor.

Que Dios bendiga nuestros pueblos y nuestras ciudades y a nuestros gobernantes Para que sientas compasión de los más necesitados Y no sólo sea palabras bellas sino que más bien ayuden a esos nuevos cristos a esos rostros sufrientes Cómo lo son los niños, los ancianos, los que trabajan en las calles, nuestros hermanos migrantes que necesitan de nosotros la mano amiga y que necesitan de los pueblos la ayuda también necesaria y que también podamos ayudar y no despreciar aquellos habitantes de la calle sino que más bien los podamos ayudar.

Esa es la esperanza de un mundo mejor cuando brindamos la mano a los que de verdad lo necesitan.

Que nuestras Iglesias sean lugar de encuentro y no solamente de un teatro de pasarela y de conciertos sino más bien de sentir el Espíritu Santo de Dios

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