Por: Juan Carlos Muñoz Bravo, Alcalde de Popayán
Como alcalde de Popayán, he tenido el privilegio de ser testigo directo del nacimiento de una de las iniciativas más esperanzadoras para el Cauca: la creación de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil del Departamento. Ver a niñas, niños y jóvenes de municipios como Totoró, Miranda, Inzá, Silvia, Páez o Cajibío encontrarse en Popayán para hacer música juntos, es mucho más que una apuesta artística: es una declaración de fe en lo que somos capaces de construir como sociedad.
Desde el primer momento, como administración municipal, decidimos respaldar este proyecto y acompañar el proceso de residencia musical que hoy empieza a dar sus primeros frutos. Nos emociona saber que será en el marco del Festival de Música Religiosa de Popayán, un evento que es patrimonio vivo de nuestra ciudad, donde esta orquesta hará su debut. No hay mejor escenario ni mejor mensaje: la tradición se renueva con la fuerza y el talento de nuestras juventudes.
Quiero agradecer a todos quienes han creído en esta idea y han sumado sus esfuerzos. A la Corporación del Festival, al Ministerio de las Culturas, a la Compañía Energética de Occidente, a la Filarmónica Joven de Colombia y a cada organización que ha puesto un granito de arena para que esto fuera posible: gracias por entender que la música también es política pública, que la cultura también es estrategia de paz.
Popayán seguirá siendo casa para estos procesos. Seguiremos creyendo que la inversión en arte, en cultura y en formación musical es inversión en convivencia, en futuro, en humanidad. Este proyecto ya nos está enseñando que, cuando se suman voluntades, sí se puede transformar el destino de muchos jóvenes. Que vale la pena seguir abriendo puertas, prestando escenarios, creyendo en el poder de la belleza como forma de sanación.
A quienes aún no han conocido a la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil del Cauca, los invito a escucharlos. Su música no solo emociona: conmueve, moviliza, invita. Y nos recuerda que en esta tierra, por encima del miedo y la incertidumbre, también florece el talento, también se construye esperanza.
Estoy convencido de que el Cauca necesita más orquestas, más escuelas de arte, más escenarios de encuentro. Y desde Popayán, seguiremos trabajando para que ese futuro tenga, desde hoy, su propia banda sonora.