Por: Harold Mosquera Rivas
El pasado martes 28 de octubre de 2024 habría cumplido 91 años de edad mi padre, don José Onofre Mosquera. El hijo de don Arístides y doña Ines, que naciera ese mismo día del año 1933. En esa fecha en Río de Janeiro Brasil, nació Manuel Francisco Dos Santos, ese mago que el futbol mundial conocería con el apodo de Garrincha, considerado por muchos, el mejor gambeteador del futbol en todos los tiempos, quien fuera campeón mundial junto a Pelé en los años 1858 y 1962.
Ese mismo día se fundó el diario El Heraldo de Barranquilla, periódico liberal que sirvió de soporte a la campaña de Alfonso López Pumarejo, por aquel entonces jefe del partido liberal y candidato presidencial, quien ganaría la presidencia de la república para reemplazar a Enrique Olaya Herrera en el año 1934.
Sin lugar a dudas, el 28 de octubre de 1933 es una fecha inolvidable. Para nuestra familia, en este año fue un día de encuentro virtual, para recordar entre hijos, nietos y bisnieta, el legado maravillo de ese campesino chocoano, quien, con solo un año de escuela, aprendió a leer y escribir para convertir en realidad sus sueños. Su último cumpleaños lo celebramos el 28 de octubre de 2022 y como presagiando que sería el último, pidió que no le diéramos regalos, pues tenía ya su armario lleno de ropa sin estrenar y zapatos sin usar.
Compartimos anécdotas, poemas, cuentos, escuchamos sus canciones favoritas, como Las Acacias, Tiempos Viejos, Ya Se Peinó María, que era la canción que le cantaba a mi madre María Pascuala y Las Cuarenta en versión de Rolando Laserie, entre otras.
Parece mentira, pero hay personas en nuestras vidas que, después de muertas es cuando más presentes están, pues en las diferentes situaciones de la vida, al recordar sus consejos, sus recomendaciones o sus ejemplos, optamos por decidir aquello que ellos hubiesen elegido, entonces, al lograr el objetivo, levantamos la vista al cielo y agradecemos, como si estuviéramos seguros de que, desde allá arriba se está sonriendo con nosotros.
Así pasamos los días, las semanas, los meses y los años y envejecemos con tan maravillosa compañía. Don Onofre jamás salió de Colombia, lo más lejos que viajó fue hasta San Andrés Isla. Sin embargo, hablaba del Vaticano, de Pompeya, de Egipto, de las Islas Griegas, de Mandela, de Gandi, de Golda Meir, de Arafat, de Luther King, de Nat King Cole, de Ho Chi Min, de Kim ll Sun, de Marilyn Monroe, de Fidel y hasta de Leonidas Trujillo, como si los hubiera conocido en persona, todo ello gracias al provecho que le sacó en sus 89 años de existencia al privilegio de haber aprendido a leer y escribir en la escuela unitaria de Chiquichoquí, su caserío natal.
Para mí es motivo de orgullo poder dedicar esta columna semanal al ser humano que más he amado y admirado en la vida, quien seguro podrá leer desde el infinito esta columna y con ella confirmar que su paso por esta vida, valió la pena. Feliz cumpleaños don Onofre.
