Por Diego Fernando Sánchez Vivas
El pasado 31 de diciembre de 2023, en el cumpleaños 90 de nuestro querido padre Omar Sánchez, él pidió al grupo musical que amenizaba la celebración, un tema del bolerista argentino Leo Marini, su canción preferida “Tristeza marina”. “Mar/mar hermano mío/ mar en su inmensidad/junto con mi barco carbonero/mi destino prisionero/ y mi triste soledad/”. Hoy mi padre ya no está.
El recuerdo más nítido de mi padre se remonta varios años atrás, cuando de su mano recorríamos la antigua plaza de ferias de nuestra ciudad, y en medio de un estruendo colosal, observábamos el apacible trote de los caballos y la imagen tranquila y despreocupada de sus crías que pastaban en cómodos establos, mientras en los distintos escenarios se mostraban peces de formas inverosímiles en grandes acuarios, y plantas de todas las especies adornaban con sus hojas y flores, espacios que hoy ya no están.
Evoco con nostalgia esa casa grande donde aprendí gracias a él y a mi madre el gusto por la lectura, fascinado entonces por los relatos de Verne y las aventuras de Salgari en un mundo apenas comprensible que se iba extendiendo a medida que las hojas de los libros se agotaban. En los diciembres alrededor del pesebre y la cena familiar nos compartían relatos de sus tiempos de niño, y escuchábamos con mucha atención sus consejos siempre relacionados con la honestidad y la conducta que debe acompañar a toda persona de bien, siendo él, ejemplo de una vida dedicada a su trabajo por más de treinta años al servicio del Estado, sin un solo llamado de atención y con la satisfacción del deber cumplido hasta sus últimos días, pero con una gran lucidez y vitalidad.
Todo esto lo recuerdo al escuchar una vez más, la sentida canción del músico británico Cat Stevens “Father and Son “, ” Padre e Hijo”, que narra los consejos que un padre da a su hijo cuando este decide irse del hogar, le expresa que no hay prisa, le dice ” Tómate tu tiempo/ piensa en todo lo que tienes/ pues todavía estará aquí mañana/pero puede que tus sueños no/”.
En los Estados Unidos hay una canción emblemática del compositor ya fallecido Dan Fogelbert que se titula ” Leather of the Band”, la cual podríamos considerar poesía hecha música, es un homenaje que hace el autor a su padre y en algunos apartes le dice:“Sus medios suaves de esculpir almas/me tomó años entenderlo/el líder de la orquesta está cansado/ sus ojos están envejeciendo/ mi vida ha sido un intento / de imitar a ese hombre/ sólo soy el legado / de líder de la orquesta/” y termina la canción: ” Te agradezco por la música/ y por tus historias del camino/Te agradezco por la ternura/ y por los momentos en que fuiste duro/ y Padre creo no te dije/te quiero lo suficiente/ pero tu sangre corre a través de mi sangre/ y tu canción está en mi alma/ mi vida ha sido un intento/ de imitar a ese hombre/sólo soy el legado/ del líder de la orquesta”.
Muchas gracias por tu afecto, por tu presencia en nuestras vidas que hoy continuamos tus hijos Adriana, Omar Francisco, Julián y Diego, para que tu encuentro definitivo con nuestra amada Omaira nuestro Tío Hernán y Emma refleje ese amor incondicional y maravilloso , muchas gracias por ser el mejor padre, el más comprensivo y afectuoso, 30 de octubre de 2024, fue el día de tu viaje definitivo a la eternidad, “Mar/mar hermano mío/ mar en su inmensidad/junto con mi barco carbonero/mi destino prisionero/ y mi triste soledad/”, buen viento y buena mar querido padre. Hasta Siempre.