Por: Sebastián Silva-Iragorri
Hay momentos en la vida en que todo parece ocurrir al mismo tiempo, acontecimientos personales, políticos, familiares, sociales y hasta económicos. Es allí donde se prueba la capacidad de atención de concentración y de reflexión para captar, asumir y consumir los sucesos con sabiduría y plenitud.
Se decía durante mucho tiempo que el cambio era propiedad de la izquierda y ahora los hechos han demostrado en el mundo, en Estados Unidos y en Colombia que la izquierda se ha estancado, se manifiesta en contra del cambio y asume unas posiciones totalitarias, negacionistas, intransigentes e incomprensibles ante cualquier asomo de cambio o transformación. En su lugar, la derecha asume el cambio con naturalidad y profundidad, ya lo dijo en memorable discurso ante los países europeos J.D. Vance vicepresidente de EEUU quien claramente manifestó que en Europa usaban el nombre de “progresistas” para esconder actitudes contrarias a la libertad de expresión y de modificación, es decir les quitó la máscara que han venido usando durante largo tiempo. En EEUU se está profiriendo un cambio profundo y se están descubriendo corrupciones acumuladas que paseaban tranquilas por los gobiernos sin la menor amenaza y burocracias inmensas e inoficiosas, hasta que llega Trump y ordena abrir auditorías en todos los organismos e instituciones federales. La oposición responde con agresividad e incluso, ante los pasos iniciales de construcción de paz, como la entrega periódica por Hamas de rehenes de Israel lograda por la actitud frentera de Trump y las conversaciones de Trump y Putin, continúan criticando a Trump y sus gestiones de convivencia. Aún quedan algunos articulistas que sin fondo alguno sino con adjetivos agraviantes tratan de desvirtuar cualquier esfuerzo por lograr la concordia en el mundo, acudiendo a suposiciones y escepticismos frente a cada gestión y utilizando aquella conocida frase de “malo porque bogas y malo porque no bogas.” La realidad es que China y Japón, más la India, Arabia Saudita, Jordania y otros se suman a este esfuerzo de EEUU por la paz mundial.
Acá en Colombia la administración parece un carro sin control y sin dirección. Ministros que renuncian, unos protocolariamente y otros irrevocablemente, ministros encargados, otros nombrados, en un desorden total hasta el punto en que hoy nadie sabe cuántos y quiénes salieron o se quedaron en los ministerios. Alguien decía que hay desorden hasta para irse y sigue pendiente mi profecía de la posible renuncia de Petro para encabezar su lista de Senado y contrarrestar la lista de Álvaro Uribe.
Acá en lo local buenas noticias para el periodismo, la unión del País de Cali con El Liberal de Popayán dentro de unos criterios precisos de colaboración. Se inicia una labor que traerá beneficios y podrá impulsar otra vez la gran integración del Cauca y del Valle como una formidable región de prosperidad y desarrollo. Debemos recordar que existió el Estado Federal del Cauca de 1857 a 1863, luego el Estado Soberano del Cauca de 1863 a 1886, luego el Gran Cauca que comprendía lo que hoy es Cauca, Chocó, Valle, Nariño, Risaralda, Putumayo, Caquetá, Amazonas, Quindío y otras regiones y que culminó con la separación del Valle en 1910 y la creación del Departamento con su mismo nombre. Luego pasamos a llamarnos Departamento del Cauca en la nueva división política y administrativa. Era tan importante el Cauca que en 1886 cuando Núñez y Caro y todos los Delegatarios avanzaban en la introducción de la nueva Constitución se preguntaban ¿Qué piensa el Cauca? Ese Cauca grande debería recuperarse por lo menos entre estos dos Departamentos y formar una alianza de progreso y desarrollo económico y social.
Después de toda esta mezcla de acontecimientos simultáneos nos encontramos con la noticia de la urgente hospitalización de Shakira en el Perú y el aplazamiento de sus presentaciones en Lima que tenían venta de boletas récord y se esperaban llenos completos en el Estadio Nacional. Le deseamos plena recuperación y que pueda reanudar su gira nacional e internacional.
