Por Eduardo Nates López
No por casualidad, a nuestra hermana y bella ciudad de Cali le ha correspondido ser sede de uno de los eventos mundiales más importantes de la historia reciente: La COP16. Cali y Popayán fueron fundadas por Sebastián de Belalcázar con 6 meses de diferencia, en 1.536 y 1.537. (Dicho sea de paso, don Sebastián, en Cali, si pudo regresar tranquilo a su pedestal, mientras en Popayán, la incuria de los alcaldes -anterior y actual- ha dejado persistir el atropello y permanece descabezado y olvidado, en una bodega…).
La ubicación geográfica de Cali, su historia, su gente y su pujanza, su generosidad y apertura, su desarrollo urbano, su grato mestizaje, etc…, todo, la hace digna y atractiva para acoger ese enorme número de visitantes de diversas latitudes que, con certeza, querrán quedarse o volver muy pronto. Ya sucedió con un evento similar: Los Juegos Panamericanos de 1971. Por tanto, es fácil predecir el éxito de esa querida urbe (bien gobernada hoy).
Tratando de reafirmar la inexorable relación entre geografía y biodiversidad, repasé mentalmente el mapa del continente y las enseñanzas de la escuela primaria: De sur a norte, la imponente Cordillera de los Andes, al encontrarse con nuestro país forma “El nudo de los Pastos”, donde se bifurca en dos ramas: la cordillera occidental y la cordillera central; Y esta, más adelante, da origen a la cordillera oriental, en el llamado Macizo Colombiano, la estrella fluvial más importante de Colombia, donde nacen, nada menos que los ríos: Magdalena, Cauca, Caquetá y Patía (que arranca como rio Quilcacé y más adelante se convierte en Patía). Volando mentalmente sobre el cuadrante suroccidental de Colombia, el centro urbano de mayor desarrollo económico, político y social es Cali, la cual, sin duda, se cuenta entre las tres primeras ciudades de Colombia y está asentada en el imponente Valle del Cauca, cuya feracidad y belleza ilimitadas, son un símbolo patrio.
En un elemental raciocinio, ¿se imaginan los lectores la infinita diversidad biológica que esta milagrosa combinación de fenómenos naturales es capaz de generar? El océano Pacífico, con corrientes submarinas (Humboldt, “Niño”, “Niña”), la costa pacífica, volcanes, montañas, nubes perpetuas, ríos (afluentes del Pacífico, del Atlántico y del Amazonas), valles, islas (Gorgona, entre ellas), selva virgen, golfos, bahías, etc., etc. ¡Es un mundo en el mundo! Si no fuera esta la sede apropiada para la COP16, difícilmente otra lo sería.
No tendré la candidez de copiar el programa de conferencias y encuentros que la organización ha preparado y que la prensa hablada y escrita y televisión han difundido profusamente. Basta predecir que no faltará detalle. (Comenzando por la interpretación del Himno de Colombia, con base en cantos de aves y sonidos de animales). Estaremos, pues, magníficamente representados los colombianos y especialmente los habitantes de este sector de la patria. Aunque también nos tocará, con gran paciencia (y algo de vergüenza), soportar el delirante discurso sobre “la extinción de la humanidad a causa del capitalismo” …, “el reemplazo del petróleo y el carbón” …, “el golpe blando de la oligarquía” y “la expansión del virus de la vida por las estrellas del universo” …
Por una infinita red de razones, tejida durante muchos años, los departamentos del Cauca y del Valle del Cauca hemos alimentado una fraternidad histórica que, entre otras cosas, la próxima culminación de las obras de la doble calzada entre Cali y Popayán, fortalecerá aún más. Por ello nos complace desearle a Santiago de Cali la mejor de las suertes en la realización de todos los eventos que conforman ese valioso encuentro mundial, que sin duda ninguna nos favorecerá a todos, de variadas maneras. Obviamente, esperamos que las torpes amenazas de sabotaje y bloqueos a las vías, no se realicen, pues, por suerte, “la primera línea” -que tanto daño nos hizo- hoy está representada en el gobierno…
