Padre: Jesús Fernando Vega Muñoz. Pbro.
Hoy, el Evangelio de Lucas nos presenta a Jesús rodeado de multitudes que lo siguen. Pero, ¿qué significa seguir a Jesús? ¿Es un camino fácil o difícil? En este pasaje, Jesús nos muestra que el seguimiento no es una opción para los débiles de corazón. Requiere compromiso, renuncia y una profunda transformación de nuestra vida.
Jesús nos invita a mirar más allá de nuestros vínculos familiares y culturales. Debemos ver a todos como hermanos y hermanas, sin exclusión ni discriminación. Esto significa que no podemos justificar prácticas que promuevan la exclusión, el favoritismo o la corrupción. El amor y la entrega de Jesús son una oferta gratuita para todos.
No podemos identificar el Reino de Dios con nuestros propios intereses personales o ideologías. Debemos construir la historia en fraternidad y solidaridad, respetando la tierra y sus dones. Esto significa que debemos vivir el diálogo como camino, la colaboración común como conducta y el conocimiento recíproco como método y criterio.
Finalmente, Jesús nos invita a reconocer que nuestra vida y nuestras capacidades son fruto de un regalo. Debemos recuperar la memoria agradecida y reconocer que todo proviene de Dios. Esto significa que debemos dejar de lado la carrera por la acumulación y el egoísmo, y vivir con gratitud y generosidad.
El seguimiento de Jesús no es un camino fácil, pero es un camino que nos lleva a la verdadera vida. Debemos estar dispuestos a morir a nuestros encierros y individualismos orgullosos, y dejar que el espíritu de hermandad triunfe. Que este humilde realismo nos impulse a asumir grandes desafíos y a hacer de nuestro país un lugar donde el Evangelio se haga vida, y la vida sea para mayor gloria de Dios. Decidámonos y hagamos nuestros los proyectos del Señor.
Oremos:
Cristo, Luz del Mundo, tú que salvas al pueblo que confía en ti, tú que estás en el cielo y en todo lugar, ven y renueva nuestro ser. Ven y visita esta comunidad, esta viña. Sigue llamando cada día a hombres y mujeres que estén dispuestos a llevar tu luz a todas las gentes.
Multiplica esta familia, pues muy bien sabemos que la mies es mucha, pero los obreros son pocos.
Este es tu hogar, oh Señor, este es tu hogar. Por eso, hoy te pedimos que no se encuentre en él semillas que tu diestra no haya regado. Pero a los que realmente deben estar aquí y pertenecer a ti, y que tú has llamado, cúbrelos con tu sangre, dales esperanza, consérvalos firmes y dales mucha felicidad y fidelidad.
Amén.
Oración compuesta por el Padre Fernando Vega Muñoz. Año 2011
