jueves, marzo 13, 2025
No menu items!
spot_img
InicioOPINIÓNJesús A. Aguilar GuerreroRecordando las fiestas de fin y de principio de año

Recordando las fiestas de fin y de principio de año

Por: Jesús Alberto Aguilar Guerrero.

Con la añoranza que nos caracteriza y siempre recordando aquellos tiempos que no volverán, cuando crecimos en un ambiente distinto al actual, sin lujos, con creatividad, educación moral y buenas costumbres, en medio de la humildad de unos padres que únicamente les importaba la buena formación y respeto; donde más que todo primaba que los colegios algunos, que eran regentados por religiosos, donde la disciplina se imponía por encima de todo; en mi natal Bolivar Cauca las fiestas en efecto, iniciábanse el 16 de diciembre con las misas de aguinaldo, con la participación de las escuelas y colegios de secundaria de localidad que con antelación ya habían adquirido el turno o día que les correspondía, pues esto lo realizaban con una pomposa y ruidosa alborada, despertando a las gentes del pueblo que confundidas con el ruido y el sonar de las campanas laborosamente dejaban de dormir y unirse a la felicidad de estos albores decembrinos; aunque aún se conserva en mi terruño esta costumbre religiosa, si bien decaída porque ya las instituciones educativas no participan debido a que ya han salido a vacaciones, solo el recuerdo de los desfiles de pastorcitas (os), disfraces, juego de aguinaldos, coros cantando villancicos, antes de la misa se quemaban profusión de cohetes y pólvora de luces, para anunciar los oficios religiosos que con numerosa concurrencia de personas de toda clase , edad, sexo y condición se realizaba al despuntar la aurora.

Solo queda en el recuerdo los públicos regocijos en que las clases sociales se eliminaban y fusionaban entregando la alegría al pueblo, despertaban tal contento que durante ellos el buen humor reinaba en los espíritus sin decaer; la banda municipal Nuestra Señora de Lourdes, la Orquesta La Lira, chirimías que desde la fiesta de La Virgen Inmaculada empezaban a aparecer en las empedradas calles, solían recorrerlas después con frecuencia alegremente, entusiasmando con su peculiar sonido y con sus instrumentos de viento, platillos, sus flautas, tamboras, carrascas y maracas, hasta llegar la navidad, el año nuevo, empatando con las fiestas de negritos y blancos (o de reyes); donde había presencia de mojigangas, comparsas que hacían el deleite de los pobladores, hallando el sosiego en estos días de jolgorio; grato recordar como en los barrios se fabricaban los muñecos rellenos de paja, trapos y pólvora, conocidos como “años viejos o Taita puros”, que eran quemados el 31 de diciembre a la medianoche, no sin antes leer el testamento con jocosos mensajes, donde quedaban al descubierto muchas acciones de los habitantes que habían hecho durante el año; sin pasar por alto que en esta época había intercambio de platos navideños entre familias, como también platos típicos con la única finalidad de desearse la mejor temporada navideña y un feliz año, que compartían en familias y allegados . Destacamos que desde tres meses antes de culminar cada año, las juntas de acción comunal de cada barrio “bolsiverde”, convocaban a los habitantes de cada sector con la finalidad de aportar ideas y escoger los motivos que los representarían en las festividades carnavalescas que siempre se iniciaban con: La tradicional cabalgata, la llegada de la familia Castañeda, el concurso de comparsas y de globos, para concluir con el desfile de carrozas que realizaban su recorrido por las principales calles de la ciudad, escogiendo también el conductor y la volqueta que con cuatro días de antelación había dispuesto la secretaria de obras públicas departamentales, para que sirvieran de planchón y armaran las gigantescas y representativas carrozas. Años más tarde, se agregó el concurso de globos, además hubo vinculación del gremio de los motoristas que en un principio con sus ocurrencias deleitaron a un público exigente, hoy se vinculan con un colorido espectacular los grupos de danzas folclóricas, pero siempre quedando en el recuerdo la tradición espectacular de nuestros antepasados y creadores de las festividades, esperando siempre que estas representaciones por cada barriada vuelvan a ser objeto de competencia; sin esperar únicamente, qué: orquesta van a contratar, que cantante se presenta en tarima y si autorizaron el día del remate. Tradición es tradición y esperamos que la cultura, la artesanía, la iniciativa, la creatividad, vuelva a surgir. Hasta pronto.

Artículo anterior
Artículo siguiente
ARTICULOS RELACIONADOS

NOTICIAS RECIENTES

spot_img