Padre Jesús Fernando Vega Muñoz Pbro
Ser maestro o tener que guiar a los demás es un servicio bastante delicado y que implica muchos sacrificio que no deberíamos asumir sí no ha sido encomendado, pues muy bien Nosotros sabemos que implica mucha responsabilidad Pues el mismo Jesús nos dice en el evangelio que un ciego no puede guiar otro ciego porque los dos caerán al pozo y perecerán, eso significa que para poder guiar al otro debe primero sanar y quitar aquellas cosas que no me dejan ver más allá y además debo primero prepararme para poder guiar también a otro hermano.
Muy bien nosotros sabemos, que lo que mejor habla de nosotros mismos, no son nuestras palabras, sino más bien nuestra propia vida, la forma como tratamos a los demás, la forma de ser o como nos dice Jesús también en el evangelio por sus frutos se conoce cada árbol, las palabras obvio mueven pero el ejemplo arrastra.
Nos dice SS el Papa Francisco :
Después de la mirada, Jesús nos invita hoy a reflexionar sobre nuestro modo de hablar. El Señor explica que «de la abundancia del corazón habla su boca» (v. 45). Es verdad, por el modo de hablar de alguien enseguida te das cuenta de lo que tiene en su corazón. Las palabras que usamos dicen la persona que somos. Sin embargo, a veces prestamos poca atención a nuestras palabras y las empleamos de modo superficial. Pero las palabras tienen un peso: nos permiten expresar pensamientos y sentimientos, dar voz a los miedos que sentimos y a los proyectos que queremos realizar, bendecir a Dios y a los demás. Lamentablemente, con la lengua también podemos alimentar los prejuicios, alzar barreras, agredir e incluso destruir; con la lengua podemos destruir a los hermanos: ¡las murmuraciones hieren y la calumnia puede ser más cortante que un cuchillo! Hoy en día, especialmente en el mundo digital, las palabras corren veloces; pero demasiadas vehiculan rabia y agresividad, alimentan noticias falsas y aprovechan los miedos colectivos para propagar ideas distorsionadas. Un diplomático, que fue Secretario General de las Naciones Unidas y ganó el premio Nobel de la Paz, dijo que “abusar de la palabra equivale a despreciar al ser humano” (DE. Hammarskjöld, Marcas en el camino, Magnano BI 1992, 131).
El próximo miércoles, es miércoles de ceniza y con él iniciamos el tiempo de cuaresma, por eso es bueno que nosotros podamos reflexionar y sacar de nuestra vida, de nuestra mente, de nuestra alma y de nuestro corazón, todo aquello que nos hace daño y que no nos deja seguir adelante, para así poder guiar a otros hermanos por el camino de la paz, de la Justicia del amor y de la reconciliación.