RODRIGO SOLARTE – rodrigosolarte27@gmail.com
Desde la división de intereses entre los seres humanos, violencias, procesos y acuerdos han sido permanentes, dejando experiencias de generación en generación, de los participantes o no en los conflictos y guerras que la historia testimonia.
La mayoría de la sociedad colombiana, ha decidido cambiar ese círculo repetitivo, asumiendo LA PAZ, como el propósito mayor, venciendo el natural miedo que las guerras producen, participando desde donde se encuentre, en la recuperación de los derechos y dignidad que el vivir exige.
Los intereses en territorios y modos de pensar para conservar la vida o imitar pensamientos para la acción dominadora de otras y otros, al convivir con ellos, contagió de actitudes que se manifiestan en personas de todos los estratos sociales, desde el Congreso de la República hasta el o la ciudadana en cualquier lugar del país.
La subversión de esos valores privatizadores de conciencias y territorios, también se están aprendiendo por las actuales y nuevas generaciones que han sufrido las guerras, con las consecuencias ante el desconocimiento y hasta odio, a las ideas que expresen derechos públicos o colectivos, pese a que la mayoría de ellos hayan sido sus electores, al parlamento con los actuales Senadores de la oposición, como ejemplo a tener permanentemente en cuenta.
Definida la Paz como principio de vida a retomar con y para todos los SERES HUMANOS, asumida por el PACTO HISTORICO que convoca al Acuerdo Nacional como estrategia de convivencia y justicia social a construir desde este Primer gobierno del cambio necesario, la tradición de injusticias, violencias, corrupción, armas y muerte, se expresan presencial y virtualmente, principalmente en los poderes que para defender sus intereses de toda índole, manejan con sus escogidos y paradójicamente electos por el pueblo o Constituyente primario.
El lenguaje, expresiones y manifestaciones, se va transformando en conciencias cultivadoras de la paz que se va sembrando en las conciencias infantiles, y reflexionando en las de los adultos que han vivido y padecido violencias y guerras.
No hablemos de masas populares, somos los Constituyentes primarios que con decidida participación en todos los espacios de la vida nacional, incluyendo campos, ciudades, calles y avenidas, salimos una vez más el jueves y viernes, 28 y 29 de mayo del 2025, manifestando información y argumentos, sintetizados en las consignas pedagógicas que cada organización seleccionó, nuestro consciente apoyo a los procesos que esta transición democrática está exigiendo, para NO REPETIR LA HISTORIA que con el pueblo colombiano se aspira continuar transformando.
Consideramos que no existe la perfección humana, ni en sabios ni ignorantes; ni santos ni demonios. Ni verdades absolutas permanentes en personas, culturas y regiones.
La humanización de los instintos que llamamos naturales porque otras especies vivientes también los tienen diferenciados, nos ha hecho SERES HUMANOS A MUJERES Y HOMBRES, con lo intersexual que las ciencias de la vida van explicando.
Las ciencias de la vida natural, humana y social, pueden crecer y desarrollarse en ambientes con conciencias de paz tanto individual como familiar y social que conformen las sociedades de los Estados Nación participantes en el presente y futuro que se propongan construir. De ello trata la real DEMOCRRACIA PARTICIPATIVA en un ESTADO SOCIAL DE DERECHOS por la justicia conviviente que se vaya logrando.
La construcción de la paz después de siglos con violencias y guerras que la historia constata como construcción humana, continuará como reto existencial a las actuales y siguientes generaciones.
Todavía hay quienes a tales esperanzas, luchas, sacrificios, esfuerzos y dedicación por la vida, le llaman populismo, y las creen unipersonales, por la malformación ideológica e ignorancia que de la historia y procesos diferentes a los suyos tienen.
Cada SER HUMANO tiene retos personales, familiares, grupales y sociales, al igual que experiencias de vida constructoras de su crecimiento y desarrollo integral. Estar del lado positivo de la historia, no es permanecer del lado de la muerte por las injusticias acumuladas.