Padre Jesús Fernando Vega Muñoz
Hoy vemos a Jesús cómo se dirige a Pedro y a los otros. Para los que nos gusta la pesca, hay que salir de noche para lograr una buena pesca. Si no recogieron nada, se habían blanqueado como decimos, estarían entonces no de buen humor, ellos saben de pesca. Y para completar se acerca un carpintero a decir lo que tienen que hacer, pero Pedro algo vería en Jesús, de pronto lo habría escuchado hablando a la gente o simplemente sintió en su corazón que en Él había algo especial y por eso le hace caso y de verdad que valió la pena.
Jesús le dice no temas y vemos como ese encuentro personal con Jesús cambia su vida y desde ese momento, será ese pescador de hombres. Junto con Santiago, Andres y Juan se comienza a formar el grupo de los discípulos, que van con Jesús a todos los lugares, para hacer lo que Él hacía y poder seguir la obra de Cristo.
Jesús nos está esperando y nos escucha, busquemos a Jesús en lo cotidiano de nuestra vida, quizá podemos pensar como Pedro “soy un pobre pescador” no importa. Dios nunca se va a complacer humillandonos por lo que hemos echo, por los pecados, por eso dice No temas, y eso mismo nos dice a nosotros.
Hoy que bueno que podamos pedir a Dios que siga Llamando a hombres y mujeres para que puedan ser Pescadores de hombres en este mundo donde la tecnología los ha envuelto y no quieren ver más allá de sus narices. Qué bueno que apoyemos a los jóvenes que hoy día quieren dar ese sí generoso en este mundo donde el consumismo los ha envuelto, pues necesitamos de tantos jóvenes que sientan ese desafío de ser esos locos por Cristo.
Nos dice SS el Papa Francisco
Así es como el Señor reconstruye la confianza de Pedro. Tras subir a su barca, después de predicar, le dice: “Rema mar adentro” (v. 4). No era una hora adecuada para pescar, era pleno día, pero Pedro confía en Jesús. No se apoya en las estrategias de los pescadores, que conocía bien, sino que se apoya en la novedad de Jesús. Aquel asombro que lo movía a hacer aquello que Jesús le decía. Lo mismo ocurre con nosotros: si acogemos al Señor en nuestra barca, podemos ir mar adentro. Con Jesús se navega por el mar de la vida sin miedo, sin ceder a la decepción cuando no se pesca nada, y sin ceder al “no hay nada más que hacer”. Siempre, tanto en la vida personal como en la vida de la Iglesia y de la sociedad, se puede hacer algo que sea hermoso y valiente: siempre. Siempre podemos volver a empezar, el Señor siempre nos invita a volver a ponernos en juego porque Él abre nuevas posibilidades. Aceptemos, pues, la invitación: ahuyentemos el pesimismo y la desconfianza y entremos mar adentro con Jesús. Incluso nuestra pequeña barca vacía será testigo de una pesca milagrosa.
Oración vocacional escrita por el padre Fernando Vega Muñoz:
Oh! CRISTO LUZ DEL MUNDO, tú que salvas al pueblo que confía en ti, tú que estas en el cielo y en todo lugar, ven y renueva nuestro ser, ven y visita esta comunidad, esta viña, sigue llamando cada día a hombres que estén dispuestos llevar tu luz a todas las gentes, a ser pescadores de hombres, multiplica esta familia, pues muy bien sabemos, que la mies es mucha pero los obreros son pocos.
Este es tu hogar oh! Señor, este es tu hogar, por eso hoy te pedimos que no se encuentre en el semillas que tu derecha no haya regado, pero a los que realmente deben estar aquí y pertenecer a ti y que tú has llamado, cúbrelos con tu sangre, dales esperanza, consérvalos firmes y dales mucha felicidad. Amén.