Por: Cayo Betancourt
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¿Cuántas veces hemos escuchado aquellas historias increíbles donde a pesar de las calamidades algunas personas han logrado salir adelante? En realidad es argumento común en las intervenciones de los conferencistas motivacionales, exaltando aquellas cualidades que todos deberían tener y que de alguna manera no justifican los fallos, donde requieren que las personas carguen a sus espaldas las calamidades e independiente de estas, se logren las metas propuestas.
Recuerdo años atrás cuando tuve una gran pérdida familiar, con todo el tema del funeral y tener que regresar a una ciudad extraña, donde estuve sentado en mi oficina el día siguiente. Al parecer en este contexto se presenta una persona resiliente que es capaz de separar las situaciones personales de las profesionales, de manera similar como se indica en varios libros donde los problemas se quedan fuera de las puertas del trabajo. Desafortunadamente no siempre es así, en algunas circunstancias como la indicada anteriormente existieron factores adicionales que permitieron llevar el duelo y evitar caer en un proceso depresivo o con bajo rendimiento laboral. Por el contrario, una situación menor puede llegar en un momento donde las condiciones no son apropiadas y la suma de varios inconvenientes pueden pesar más que uno mayor, en estas circunstancias la pérdida de un teléfono, un accidente con el automóvil o una discusión familiar pueden incrementar ese nivel al punto de generar una crisis mayor. Es importante identificar estos factores y tener conciencia de las debilidades y fortalezas frente a diferentes circunstancias para levantar la mano y pedir ayuda. El círculo cercano debería estar en la capacidad de responder de acuerdo con sus medios para apoyar emocionalmente la situación negativa o buscar ayuda de un tercero, en este caso un profesional que genere un esquema que promueva un mejoramiento de las condiciones del paciente.
Es fundamental conocer el contexto y opinar desde la experiencia profesional, en este caso si no se tiene, es preferible mantener silencio porque las opiniones sesgadas no ayudan. Por ejemplo, una figura pública indicó tiempo atrás que “Algunas personas no están preparadas para afrontar las tormentas” aludiendo una circunstancia catastrófica que cobró la vida de una persona. En este contexto es fundamental apoyarse de profesionales de la salud, con experiencia comprobada y estudios que acrediten su idoneidad para manejar estas circunstancias. En tiempos donde las respuestas están a la vuelta de un click, es posible que la respuesta equivocada llegue a nuestras manos por una interpretación incorrecta o el direccionamiento a un “pseudo-experto” que compila información y la retransmite en redes sociales sin ningún criterio profesional.
Finalmente, los líderes son humanos y deben equivocarse, la única diferencia es que tienen la responsabilidad de agrupar los resultados de su equipo y velan por el desarrollo individual de cada uno de los miembros de este. Afrontar una situación difícil depende del momento y la perspectiva puntual que constituye la acumulación de situaciones adversas, juzgar es fácil pero servir de apoyo en un proceso de mentoría es fundamental para generar un movimiento positivo en las personas.