Por: Harold Mosquera Rivas
El pasado 6 de octubre celebré mi cumpleaños número 61, de los cuales, cuento 43 años residiendo en la ciudad blanca. Para compartir con algunos familiares y amigos, en la mañana fui hasta un centro comercial con el fin de comprar algunas cosas para la reunión. Cuando fui a pagar para salir, las filas estaban demasiado largas, excepto una, la preferencial. En consecuencia, procedí a ubicarme en esa fila. Después de mí, llegaron dos señores que aparentaban tener unos 75 años de edad. De manera airada me preguntaron si no sabía leer, pues estaba ubicado en la fila preferencial. Con toda tranquilidad les respondí que, sabía leer, pero que, por contar 61 años de edad, ya clasificaba para esa fila. Los señores se molestaron y reclamaron a la cajera para que me sacara de la fila. Ella me solicitó la cédula de ciudadanía y pudo constatar que ese día estaba cumpliendo los 61 años. Entonces les confirmó que desde los 60 años de edad se podía utilizar esa caja. Así terminó la discusión con los señores, que en sus rostros mostraban su enojo. Al salir del centro comercial, no pude evitar reflexionar sobre esta nueva etapa de la vida, recordé que el año pasado, al visitar el cerro Pan de Azúcar en Río de Janeiro, me vi sorprendido por un trato preferencial, tanto en el precio como en las filas. A pesar de estar dispuesto a pagar el 100% y hacer la fila ordinaria. Pero bueno, en el camino de la vida vamos escalando peldaños y en cada uno de ellos las cosas van cambiando. Me parece que, lo importante es mantener el espíritu jovial y aprovechar cada nuevo día de vida para disfrutarla y procurar ser feliz. Para mí fue muy grato descubrir que ese mismo día estaba de cumpleaños el representante a la cámara Oscar Campo Hurtado, amigo entrañable desde los tiempos de estudiantes de ingeniería y al día siguiente, el 7 de octubre, cumplía años el representante a la cámara Jorge Bastidas, compañero de afectos en la facultad de derecho de la Universidad del Cauca. A ellos de manera especial les felicito por sus cumpleaños y espero que nos regalen sus aportes desde el parlamento para mejorar esta situación tan complicada por que atraviesa nuestra región y el país. Espero poder juntarlos en estos días, para celebrar tan especial acontecimiento. Ahora empiezo el conteo regresivo de los 365 días que me faltan para completar los requisitos legales para reclamar la pensión de vejez y empezar a reducir la velocidad a la cual he llevado la existencia en mi ejercicio profesional. Creo que mientras tenga vida, seguiré defendiendo causas sociales, pero sin lugar a dudas, hay que ir entregando la posta a las nuevas generaciones de abogados con vocación de luchadores sociales. Es necesario disfrutar de la pensión y dedicarle más tiempo a la familia, pues a muchos los ha sorprendido la muerte, en su lugar de trabajo, por haber diferido el momento del retiro para disfrutar de la jubilación.