miércoles, junio 18, 2025
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La economía del lucro destruye

Sigifredo Turga

Ahora cuando por este tiempo es la noticia diaria en Colombia el tema de la COP 16, vale la pena reflexionar que la economía es un sistema sustentado y orientado por la creatividad del ser humano, que occidente, lo ha entendido desde siglos atrás, como si se comportara con vida propia, entendida con tal autonomía, como si fuese aislada de otros sistemas, a los que ubica con el término de “externalidades”. También ahora lo mismo se concibe en oriente.

Por ejemplo, el sistema natural que es palpable en todo momento por los cinco sentidos, es marginal u olvidado con mucha facilidad por quienes aplican y hacen los cálculos de indicadores económicos, que día a día nos presentan en las noticias de prensa y que generalmente con ellos de manera rimbombante anuncian crecimiento positivo cuando no extraordinariamente favorable.

Las escuelas empresariales disciplinadas bajo los principios de la revolución industrial y el pensamiento económico occidental, presentan a la economía como un proceso de producción de bienes y servicios elaborados por el ser humano, con el fin de satisfacer sus necesidades, donde todo el sistema económico se comporta dentro de un circuito cerrado y aislado y como si no interviniesen en nada otros factores o variables, especialmente de la naturaleza.

No obstante en la COP 16 se habla del desastre sin retroceso en lo ambiental pero el artificio de la economía continúa, como si nada, hablando del sistema accionario mundial expresado en las tales bolsas de valores, en los que los inversionistas “juegan” procurando sacar ventaja y crecimiento de sus dineros bajo condiciones de lucro como objetivo principal. El crecimiento se identifica según el lucro de quienes invierten.

Ah, pero si no están sus dineros “jugando” en la bolsa, también “juegan” en otros sistemas más comunes.

Para el inversionista de capital, lo que en últimas le importa es que la empresa en donde lo hace, le incremente su dinero invertido, no otra cosa y se la cranea con variados artificios para que ocurra dicho incremento.

Obsérvese bien, es un arte, es artificial, por encima de lo real y concreto, le importa incorporar y manejar números que le generen crecimiento en sus utilidades, desconociendo que lo artificial esta jugando sobre una realidad, sobre “externalidades”, en las cuales desconoce muchas afectaciones que para nada importa en sus cálculos.

En tal concepción sólo es importante todo lo que se incorpore al balance que esté en capacidad de introducir valor en los términos de lo que es valorar según la tendencia y el criterio parcializado del especialista, o del modelo oficial elaborado para medir la acción económica o la acción empresarial, de tal manera que todo lo que queda por fuera de poder valorarse según el modelo, no existe.

Generalmente crecen las cifras en ese arte de la economía aunque decrezca la capacidad del ecosistema necesaria para garantizar nuestra supervivencia.

Consideramos que un antecedente significativo para entenderlo, está en la problemática ambiental del agua y del suelo, el mundo de la economía y la empresa en que la humanidad se desempeña, es total decrecimiento.

“Cuando en una finca se tumba el bosque y luego se siembra pasto para producir ganado, la producción ganadera no introduce en sus cálculos el valor de la participación que en tal producción tiene lo destruído del bosque. ¿Se calcula en la valoración de la producción ganadera el costo del bosque arrasado y la repercusión ambiental generalmente negativa?”

“¿Descontó el ingenio azucarero en su balance empresarial, de sus utilidades, una parte del valor del producto para retribuir lo aportado por la naturaleza, en daño que se le causó al tumbar la vegetación natural y por salinizar con químicos el suelo del Valle del Cauca durante décadas, con destino a la producción azucarera? ¿Y acaso ha calculado los daños a la supervivencia de comunidades campesinas que quedaron marginadas de su anterior agro y que hoy no tienen en dónde trabajar por su propia cuenta, como sí lo lograban antes de establecerse los ingenios?” Los cordones de miseria actuales y de hacinamiento son un costo no valorado.

¿Introducen las industrias mineras del oro el aporte al valor que hace la naturaleza por erosión, deterioro al agro, daño a las corrientes de agua y al suelo?

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