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La ciudad que todos queremos

HORACIO DORADO GÓMEZhoraciodorado@hotmail.com

Dándole rienda suelta a mi imaginación, pensando en voz alta: “Qué falta” o “qué se puede mejorar” para que niños, jóvenes, mujeres embarazadas, ancianos y ciudadanía en general, mejoren su calidad de vida para lograr la convivencia en Popayán ¿Qué necesita la ciudad que todos queremos?

En principio, digamos que el espacio público de Popayán es de todos. Sin embargo, pareciera que, en la gran mayoría de los casos, fuera de nadie, porque nadie se preocupa por él. Para recuperar los espacios públicos: calles, parques, plazoletas, antejardines y andenes no es necesario de mega obras ni muchos recursos económicos. Se requiere voluntad política, actos de gobierno, cooperación constante entre ciudadanos, concejales y lideres de la ciudad. Apremian estrategias de sensibilización sobre el uso del espacio público y acciones de conservación y preservación del sector histórico, considerado como “Bien de Interés Cultural”. 

Las calles son los espacios más públicos de la ciudad, aunque la mayoría de las veces son hostiles para los peatones y ciclistas. Ofrecen peligro, por la velocidad y todo tipo de tráfico vehicular que circula por ellas, sin comprender que también los peatones hacen uso obligatorio de las calles, por el estado de deterioro de los andenes y ante la invasión por cuenta de vendedores estacionarios. Los andenes y los pasos peatonales son para caminar, no para estacionar vehículos o motocicletas; tampoco se pueden convertir en refugios permanentes de personas implorando la caridad pública. Y es que, las aceras o andenes se conviertieron también, en peligro eminente por el terrible estado de alerones y techos. ¡Popayán se nos cae a pedazos! Son pruebas indiscutibles que no están en la mente de los habitantes ni de la autoridad local para promover el civismo. Entendido como el conjunto de cualidades que permiten a los ciudadanos vivir en la ciudad respetando normas de convivencia, reglas y derechos básicos.

Se aproxima la semana mayor, que, desde sus inicios, los desfiles sacros han tenido como escenario, el trazado urbano de lo que hoy se conoce como Sector Histórico; cuyas fachadas siempre han sido previamente enlucidas antes de la Semana Santa. Estamos a tiempo para que “la ciudad que todos queremos”, no sea solo limpiarle temporalmente, la cara con el blanco característico. Es pertinente, que se verifique e inspeccione las edificaciones del Centro Histórico para reparar y conservar sus estructuras coloniales, mediante incentivos de la municipalidad, que permitan el cuidado y conservación de los inmuebles que son parte fundamental de la riqueza patrimonial de Popayán.

Para responder a estas reiterativas demandas, es imprescindible articular la participación y colaboración público-privada efectiva, de tal manera que ofrezca soluciones inmediatas y eficientes. Debería aprovecharse las herramientas de las universidades con el uso de la inteligencia artificial, la digitalización para la reconstrucción que implica agilizar procesos de estudios de arquitectura e ingenierías para reforzar las tareas bajo el compromiso de dar forma al embellecimiento del Marco Histórico. Urge el mantenimiento, preventivo y correctivo al corazón de la belleza de la ciudad que requiere sostenibilidad urbana. Desde luego, restaurando el reloj que es uno de los símbolos emblemáticos de Popayán que hace mucho tiempo marca el abandono. Desde esta tribuna, creo que ya es hora, para que el alcalde de Popayán haga un llamamiento a todas las partes involucradas, invitándolos a sumarse a esta misión por la reconstrucción de la ciudad.

Civilidad: Juntos, podemos lograr la reparación de Popayán, con las diversas mejoras que urge adelantar.

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