domingo, junio 8, 2025
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La política es simple

Juan Carlos López Castrillón

Mientras el mundo despide al carismático papa Francisco, el catolicismo se sumerge desde ya en el próximo cónclave, que escogerá no solo un sucesor, sino el lineamiento de la Iglesia entre las dos grandes tendencias que cohabitan en su interior: la conservadora y la liberal. Es una decisión simple: elegirán continuidad o cambio.

Elegir es una expresión de la política, pero esta va mucho más allá. “Hasta la guerra es la prolongación de la política por otros medios”, decía en el siglo XIX Von Clausewitz.

Pero en esencia, gobernar es la verdadera actividad política. Eso implica hacer que las cosas pasen; el resto es discurso, verbo. En este punto del camino hay que hablar de esas dos decisiones: ¿Cómo llegar al gobierno? y ¿Cómo ejecutar las propuestas?

Para llegar se necesitan votos, que a veces pueden ser prestados. Un expresidente me dijo un día: “López, para hacer política no se necesitan votos, si no estar bien ubicado”. Tenía algo de razón, para la muestra recordemos como ganaron Duque en 2018 y Santos en 2010; fenómeno que algunos quieren repetir en el 2026, aplicándose el “con el que diga Uribe” o “con el que diga Petro”. Por ahí vamos regular: antes era uno solo. Pero esa es la lucha que hay hoy entre los precandidatos de los dos extremos, ubicarse bien frente a los dos dueños de los votos de izquierda y de derecha. De eso estamos cansados, no queremos más polarización.

De manera que, aunque el “cómo llegar” es importante, lo determinante es lo que viene luego: el ¿qué hacer? Y ya que estamos hablando de eso es interesante empezar a hacer el balance del primer tercio de los mandatos de los gobiernos locales (ya pasaron 16 meses, faltan 32) y para ello esperaremos las rendiciones de cuentas que se presentarán en los próximos días. Allí el dato empezará a matar el relato: las cifras mandan, como en Popayán, donde se quedaron sin ejecutar más de 118mil millones de pesos (leyeron bien, 118mil millones). Se acabó la luna de miel y las excusas con base en el espejo retrovisor o en la falacia de decir “que no hay plata”.

En cuanto al balance a nivel nacional, cuando ya estamos al 70% del gobierno Petro, tampoco es favorable el tema de la ejecución, todo lo contrario. Habrá que ver cuánto pesa eso al momento de escoger al próximo presidente y si la pasión del relato o el “cuento” logra mantener consolidado el 30% de favorabilidad que hoy le marcan las encuestas (promediadas) al Presidente; y cuánto de ello endosa a un presunto candidato único de izquierda.

De manera que, volviendo al titular, la política es muy simple: vienen elecciones a Congreso, que son muy diferentes a las de Presidente. En las segundas, pesa mucho la opinión, y en las primeras, las estructuras. Elegiremos parlamentarios y luego veremos qué tanto nos pudimos haber equivocado. Ojalá no tanto.

La vida me ha enseñado que lo importante en estos procesos es hacer parte de un proyecto colectivo, ojalá de orden nacional, con una propuesta coherente con la historia de vida y que le diga algo a este olvidado Cauca. Que sea capaz de transmitir esperanza para un tiempo de incertidumbre como el que vivimos y, en lo posible, que tenga puntos de referencia tangibles: hechos. Vender con verborrea ya no pega.

Vuelvo a repetir para terminar: la política es simple. En el 2026 la gente escogerá entre aplaudir lo que se ha hecho o castigará buscando otras opciones. Como en el Vaticano, se escogerá continuidad o cambio.

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