lunes, abril 28, 2025
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InicioOPINIÓNJesús F. Vega Muñoz - Pbro.La Cruz es la escalera para subir al cielo

La Cruz es la escalera para subir al cielo

Padre Jesús Fernando Vega Muñoz Pbro

Queridos hermanos: hemos hecho el camino de la cuaresma, hoy domingo de Ramos se abre la semana central, la semana mayor, la Semana Santa, en que contemplamos los misterios de la pasión, la muerte, la sepultura, la resurrección del Señor.

Jesús entra triunfal a Jerusalén y lo hace de la manera más sencilla, montado en un borrico.

¿Qué tiene que pasar en nuestra vida en esta Semana? Renovar nuestra fe y nuestra fe es esencialmente un encuentro con el Señor, con el Señor que muere por amor a nosotros.

Una respuesta sencilla, pero generosa de nuestra parte para que nazca en nosotros una vida Nueva. Vida nueva que se manifiesta en el compromiso del amor a los hermanos y que nos lleva a continuar la misión de Jesús en el mundo, que es llenarlo de bondad y de amor.

Pero también esta semana se renueva nuestra esperanza porque Él camina a nuestro lado, Él es el caminante increíble, que desde la palabra, desde su compañía, desde la Eucaristía, nos anima a que cada uno de nosotros sea testigo de su amor por el mundo.

Que bueno aprovechar esta semana para reflexionar, orar, escuchar la palabra, vivir las celebraciones y salir renovados el próximo domingo de este tiempo que hemos preparado y que ahora culmina en esta celebración maravillosa de la Pascua del Señor.

Hay que saber disfrutar las alegrías, y asumir con serenidad los dolores, abrazándonos a la Cruz de Cristo, porque como decía Santa Rosa: La Cruz es la escalera para subir al cielo.

Jesús con la entrada triunfal a Jerusalén, nos abre también, las puertas de la nueva Jerusalén, o sea la Jerusalén del cielo, y por eso hoy con gozo y alegría le damos gracias a Él por lo que ha hecho por nosotros, muriendo en una cruz por amor.

Nos dice SS el Papa Francisco.

Hermanos, hermanas, en esta semana acojamos la certeza de que Dios puede perdonar todo pecado. Dios perdona a todos, puede perdonar toda distancia, y puede cambiar todo lamento en danza (cf. Sal 30,12); la certeza de que con Cristo siempre hay un lugar para cada uno; de que con Jesús nunca es el fin, nunca es demasiado tarde. Con Dios siempre se puede volver a vivir. Ánimo, caminemos hacia la Pascua con su perdón. Porque Cristo intercede continuamente ante el Padre por nosotros (cf. Hb 7,25) y, mirando nuestro mundo violento, nuestro mundo herido, no se cansa nunca de repetir y nosotros lo hacemos ahora con el corazón, en silencio, de repetir: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

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