Por: Harold Mosquera Rivas
En la actualidad, se acostumbra que, en un hogar, la madre y el padre trabajen. El modelo de la familia Picapiedra, en el que Pedro labora y Vilma se ocupa del hogar, es cosa del pasado. Sin embargo, cuando la mujer trabajadora tiene responsabilidades familiares, su trabajo puede llegar a duplicarse, pues al regreso a casa, una vez terminada la jornada laboral, el padre acostumbra prender el televisor y sentarse a esperar que ella, prepare la cena y lo atienda junto a los hijos.
En consideración a la especial situación de las madres trabajadoras, en la reforma pensional, que entra en vigencia el próximo 1 de julio de 2025, si la Corte Constitucional no decide otra cosa. Se ha previsto que, las madres trabajadoras que haya procreado hijos, puedan beneficiarse con un reconocimiento equivalente a 50 semanas de cotización, por cada hijo, hasta un máximo de 3 hijos, que representarían 150 semanas de cotización, de tal forma que, cuando la mujer solo necesite 1000 semanas para pensionarse, con 3 hijos y 850 semanas cotizadas, se le va a reconocer la pensión. Sin lugar a dudas, se trata de una iniciativa admirable.
Sin embargo, la mismo comporta una injusticia que es posible deba resolverse pronto. Pues si la madre trabajadora alcanza las 1000 semanas y al mismo tiempo procrea los 3 hijos, debería tener el mismo beneficio que aquella que solo cotizó 850 semanas en el mismo tiempo, pues lo contrario implicaría una discriminación inaceptable para la que hizo mayor esfuerzo, al tener sus hijos en medio de su labor. Lo mejor habría sido reconocer las 50 semanas por hijo, a todas las mujeres trabajadores, bien para completar las 100 semanas, ya para incrementar el monto de su pensión.
Pues ya existe un antecedente similar, cuando se autorizó que quienes hubieran prestado el servicio militar, tuvieran derecho a que ese tiempo se computara como semanas cotizadas para el reconocimiento de la pensión. En ese caso, a todos los que prestaron el servicio militar se les reconocen las 50 semanas, bien para completar las 1300, ya para mejorar el monto de la pensión si tienen más de 1300. Esa misma regla debió aplicarse a las mujeres trabajadoras.
Debemos esperar a que la administración de justicia, cuando resuelva las demandas que se presenten por esta desigualdad, aplique en debida forma el artículo 13 de la constitución nacional y ordene dar a todas las madres el reconocimiento por sus hijos. Así mismo, es importante que los padres entendamos que, las responsabilidades familiares deben ser compartidas, para tratar de darle equilibrio al hogar, el que no sepa debe aprender a cocinar a planchar, a verificar y apoyar las tareas de los hijos, a cuidar de los abuelos enfermos y a realizar las demás labores del entorno familiar a la par con la madre. Nadie está obligado a hacerlo, pero quienes lo hemos compartido, podemos dar fe del valor que tiene la solidaridad en el hogar.
