viernes, julio 4, 2025
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El que la hace la paga

Por Harold Mosquera Rivas

En el año 1982, cuando ya estaba de salida de las estrellas de Fania, Rubén Blades produjo un álbum para cumplir con un contrato firmado con la Fania. En este trabajo incluyó las canciones Cabeza de Hacha, Lo pasado no Perdona y Para ser Rumbero, destacándose la elección de canciones de las que no era compositor. Sin embargo, su propuesta musical y el título del álbum fue modificado por los propietarios del sello, los señores Jhonny Pacheco y Jerry Masucci, con el propósito de cobrarle a Rubén la decisión de hacer el trabajo solo por cumplir el contrato.

Una de las formas de cobrarle lo que consideraron como una traición, fue cambiar el título del trabajo, para denominarlo: “El que la Hace la Paga”, que no tiene relación alguna con el contenido o la letra de las canciones. Después Rubén cambió de disquera y de estilo, se separó de Willie Colón y pasó a constituir el grupo conocido como Seis del Solar.

A raíz de este suceso, la estrella de la música panameña fue tratada como un traidor en la Fania y empezó una confrontación mediática con Pacheco y Masucci. El título del álbum de Blades bien puede aplicarse a las conductas que viene realizando el ex canciller Álvaro Leiva Durán, en procura de hacer daño al gobierno del que formó parte y en el que, después de haber recibido del presidente Petro, el respaldo para ser su canciller y haberlo defendido de la persecución despiadada que contra él emprendió la procuradora Margarita Cabello Blanco, hasta destituirlo e inhabilitarlo para ejercer cargos públicos, ahora procura hacerle daño, de manera más baja que cualquiera de quienes se han declarado opositores del mandatario.

A Blades no se lo puede calificar como traidor de la Fania, por supuesto, pero a Leiva hay que reprocharle su proceder, desde el momento en que se molestó porque no le nombraron algunos de sus parientes en altos cargos del estado, pasando por el momento en que intentó desprestigiar al presidente por hechos personales conocidos en ejercicio de la cancillería.

Los que deberían formar parte de la reserva del cargo, pues imagino que el presidente como todos los seres humanos, tendrá sus defectos y sus adicciones, pero es inadmisible que, quienes han contado con su confianza, una vez dejen el poder, salgan a contarlos a los cuatro vientos sin ninguna consideración ética.

Recordemos que los escuderos del ex presidente Uribe, prefirieron ir a la cárcel y pagar largas penas por delitos cometidos en ejercicio de sus cargos, antes que hacer una declaración o confesión que pudiera afectar la imagen o la libertad del jefe. Esa es la lealtad que le ha faltado a Leiva y que de alguna manera debe asumir el presidente Petro, por haber confiando en personas que llegaron al proceso en paracaídas y salieron del mismo de manera abrupta. Esperemos que las investigaciones sobre estos hechos nos lleven a confirmar que: el que la hace la paga.

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