Por: Sebastián Silva-Iragorri
La política se debe basar en hechos reales y medirse por resultados ¿Por qué se dejó avanzar la influencia de Rusia sobre Venezuela y de la China sobre Panamá? Mucho antes en 2014 Putin anexó Crimea a Rusia en la época del presidente Obama en EEUU, nadie dijo nada y así se quedó. Los feroces críticos de hoy en esa época callaron.
Llega una nueva administración a EEUU en 2025 y quiere revertir las cosas tanto en Panamá como en Venezuela, lograr la paz entre Rusia y Ucrania y evitar que sigan muriendo más personas como ha ocurrido en estos últimos 3 años. Algunos despistados de los procesos políticos se aferran a una “diplomacia” de diálogo eterno, retórica, compromisos de papel y ningún resultado. Esa “diplomacia” verbal y débil nada logró en el conflicto Rusia, Ucrania, nada en la lenta toma de Panamá y Venezuela y menos entre Hamás e Israel. Ahora Trump cambia esa “diplomacia” permisiva que desembocó en 6 guerras y miles de muertos. Ahora, sin grosería, se habla en tono más fuerte y franco. Es otra forma de encarar los conflictos y parece tener resultados. En el tema de los secuestrados de Israel por Hamás solo después de más de un año empezaron a liberar secuestrados cuando Trump, ya electo, fijó la fecha de su posesión como límite para iniciar la entrega de rehenes y lo logró.
Ahora está en juego la paz entre Rusia y Ucrania y la gran pregunta es, ¿Debe hacerse con Putin o sin Putin? Imposible hacerla sin Putin pues es la parte culpable como invasor y quien empezó la conflagración. Así se tenga el peor concepto de Putin hay que dialogar con él. Trump ha entendido muy bien esto y empieza a dialogar con Putin cuyas relaciones con EEUU estaban rotas durante el gobierno Biden. Seguir con la misma ruta anterior de una falsa “diplomacia” donde se entregaban millones de recursos en dinero y especie para continuar la guerra, sin ningún diálogo o propuesta distinta, sería un grave error. Se inician entonces los diálogos con Putin, gústenos o no, pero necesarios para detener el conflicto. Luego de estas iniciales conversaciones telefónicas, unas delegaciones de EEUU y de Rusia se reúnen en Arabia Saudita y obtienen los primeros acuerdos donde participará Ucrania.
Dejemos que este proceso avance, ya Putin se expresó avalando la propuesta de EEUU de un cese al fuego, pero bajo la condición de diálogos directos con Trump. Por favor, los que parecen querer que siga la conflagración por lo menos den la oportunidad de que esta alternativa de solución avance y dejen sus acerbas y sectarias críticas producto del fracaso de su débil “diplomacia” que nada logró.
En el plano colombiano se quieren imponer unas reformas por encima de los demás poderes que en sus competencias se pronuncian. Ahora el líder actual decreta día cívico prácticamente obligando a los trabajadores oficiales a salir y publicita su imposición mediante medios de comunicación estatales. Estas marchas de imposición si son puro fascismo disfrazado de retórica y escondido en un plumaje de arbitrariedad. Nunca conocimos algún pronunciamiento de Petro en contra del robo del Plebiscito que fue una expresión de la voluntad popular, ¿Con qué autoridad moral quiere imponernos hoy unas reformas producto de su caprichosa interpretación ideológica? La reforma a la salud es nefasta y sus iniciales pruebas han demostrado su fracaso. La reforma laboral es una reforma sindical en donde solo se favorece este sector y se desmotiva la creación de empleo.
El presidente no puede seguir con alocuciones ofensivas y agraviantes contra los que piensan distinto a su ideología extrema. Intencionalmente está dividiendo el País. El gran cambio tiene que venir en 2026 en elecciones libres y democráticas en donde las grandes mayorías saldrán a salvar a Colombia de un peligroso ensayo que jamás debió producirse. Confiamos en la libertad, reflexión y valentía del pueblo colombiano para expresar su soberana voluntad.
