JUAN DAVID POMEO LUNA – Estudiante del programa de Ciencia Política – Unicauca
La transmisión pública del Consejo de Ministros desató una ola de versiones y especulaciones, pero también motivó un ejercicio analítico desde las distintas posturas que convergen con el gobierno y aquellas que se oponen a él.
En este contexto, los analistas politológicos enfatizan que no se debe asumir una postura de oposición aberrante ni adoptar un entusiasmo desmedido hacia el gobierno actual. Desde el análisis político, argumentan que no se trata únicamente de destacar aquello que parece estar mal gestionado o lo que no cuadra, sino que también es un ejercicio que debe dar espacio para resaltar los resultados positivos.
Consideran que es un acierto que la transmisión se haya hecho pública, ya que esto permite reflejar, aunque sea parcialmente, la realidad de las discusiones que determinan las decisiones sobre los asuntos y problemáticas del país. Sin embargo, también señalan que la manera en la que se desarrolló el evento deja mucho que desear.
En primer lugar, es evidente la descoordinación entre los altos funcionarios del gabinete, lo que valida algunos de los cuestionamientos que se le han hecho al gobierno. Esto refleja que el proyecto político liderado por Gustavo Petro no es plenamente comprendido ni ejecutado de manera eficaz por una parte significativa de su equipo de gobierno.
Además, los analistas destacan que espacios como el Consejo de Ministros deberían generar condiciones favorables para fortalecer la gobernanza del país. Sin embargo, lo que se evidenció en esta ocasión fueron discusiones que, en algunos casos, salpicaron cuestiones personales, afectando no solo la reputación y la imagen institucional, sino también exponiendo la fragmentación interna y la limitada capacidad de ejecución de algunos altos funcionarios.
Si bien reconocen la importancia de compartir información sobre cómo se maneja el país, subrayan que es imprescindible contar con una organización adecuada y una mejor coordinación entre los colaboradores del gobierno. De esta forma, lo que se proyecte debería generar una impresión más positiva o, al menos, evitar los sinsabores que dejó esta transmisión. Asimismo, enfatizan que el propósito debe ser claro: dar cuenta de las acciones ejecutadas en el marco del programa establecido para dirigir a la nación.




