Por Eduardo Nates López
Aunque ya nada nos sorprenda en este país, con este gobierno y en las situaciones consecuentes, no dejan de aparecer diariamente hechos que merecen por lo menos comentarse con los lectores y la opinión pública. Uno de estos ocurrió precisamente en esta ciudad de Popayán, hace dos días, protagonizado por el inefable ministro de salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y sus reconocidas groserías, malos tratos y declaraciones siempre salidas de tono y carentes de lógica.
En un foro sobre temas de salud, realizado esta semana dijo: “Hagamos un ejercicio…No bebamos… No tomemos una sola gota de cerveza. Tomemos chicha… Hagamos guarapo… Hagamos cualquier cosa a ver qué pasa con Santodomingo (…). Cojamos y guardemos la plata en un colchón y no en los bancos Aval, a ver qué pasa con Sarmiento… No volvamos a tomar gaseosa a ver qué pasa con Ardila Lulle…” “Aquí uno se cree superior a nosotros porque de pronto tienen un carro o de pronto lograron tener una casita…” añadió.
Son tan absurdas estas expresiones que ya pasan de generar interés, sorpresa o disgusto a producir risa… Son tan ridículas que nadie cree que hayan salido de labios del Ministro de Salud, y menos de Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, un profesional de la medicina supuestamente bien preparado y con especializaciones en universidades europeas (eso dice en su hoja de vida) y que como pocos, incluyendo a su padre (ex ministro, ex embajador en varios países de Europa y América ), su madre y a su hermano, congresistas, ha disfrutado toda su vida de las mieles del poder y de la política, en su natal Tolima. Ha pasado por todos los partidos y grupos políticos y ocupado todos los cargos públicos posibles, como, Alcalde de Ibagué, Gobernador del Tolima, Concejal, Diputado, etc, etc.
Como corresponde, jamás ha estado lejos de los escándalos por corrupción, que siempre lo han “perseguido”. Uno de los últimos se dio hace pocos días, en el que estuvo involucrada su segunda esposa, la médica Beatriz Gómez Consuegra, quien “como era de esperar” ocupa un cargo de primer nivel, (Superintendente Delegada) nada menos que en la Superintendencia Nacional de Salud, por supuesto, bajo la égida de su marido. Se trata de la presión que ejercía a funcionarios del Hospital de Leticia, Amazonas, para la firma de un contrato, obviamente multimillonario, para la construcción de un buque ambulancia. Esta denuncia la hizo pública la semana pasada el periodista Daniel Coronell.
Las noticias sobre los actos y puestos públicos de ese clan, en el sector de la salud pública y de la política nacional en general, no han abandonado ni un instante a esa “distinguida familia”. Un hijo del primer matrimonio de Jaramillo es el director de Procolombia en Londres. Y el hijo de su actual señora ocupa un alto cargo (desde luego, multimillonariamente bien pagado) en ADRES, la Administradora de Recursos del Sistema General de Seguridad Social, obviamente, dependencia de MinSalud.
Qué bueno saber lo que sinceramente piensan los petristas “pura sangre” -que dan la vida por la pureza de su líder-, sobre la caterva de corruptos que ha logrado “encorralar” su presidente para llevarlos al gobierno en los puestos más importantes y de mayor incidencia en las decisiones trascendentales del país.
Por lo pronto, dejemos allí a este “símbolo y monumento a la transparencia”, quien, indiscutiblemente, ha ejercido una inobjetable preocupación por el “Bienestar Familiar” (de la de él) y en cuyos hombros ha recaído la responsabilidad presidencial, en las ausencias del titular Gustavo Petro, sin olvidarnos que últimamente, este, ha recogido en su seno otro “adalid de la pulcritud” como Armando Benedetti, a quien ya está comenzando a alternar la delegación de las funciones presidenciales.
Tienen razón mis críticos al cuestionar mi antipetrismo pero, francamente, no soy capaz de desperdiciar estos papayazos que con inusitada frecuencia nos ofrece el “nunca bien ponderado gobierno de Gustavo Petro” quien pareciera haber establecido como requisito indispensable para ingresar a su grupo de gobierno, el mayor número de investigaciones penales posible…
