jueves, junio 19, 2025
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Dos bodas y un funeral.

Por: Juan Carlos López Castrillón.

Hace unos años se estrenó una película muy exitosa, “Cuatro bodas y un funeral”. Tiempo después, alguien decidió rebajarle el presupuesto y nos llegó “Dos bodas y un funeral”. Tomo el título de esta segunda película para significar que por esta región las noticias estratégicas son tan escasas que cualquier cosa que se mueva, aunque sea un poquito, merece una ovación. ¡Aleluya!

La primera boda: El gobierno nacional, con la ANI como padrino de lujo, nos hizo el anuncio del siglo: el inicio de la contratación para la obra vial Popayán-Timbío-El Estanquillo. Este proyecto lleva tantos quinquenios en espera que ya podría ser matrimonio de abuelos. Pero, bueno, ahí está la gran noticia. ¿Será esta boda la definitiva o nos quedaremos con el novio plantado en el altar, como tantas otras veces?

La segunda boda: Es sobre un matrimonio de reconciliación. Resulta que el Concejo Municipal de Popayán ha decidido fortalecer su trabajo, lo cual celebramos. Están debatiendo, analizando y hasta criticando con mucha independencia que, faltando un mes para cerrar el 2024, solo se ha ejecutado la mitad del presupuesto de inversión, incluyendo las órdenes de prestación de servicios OPS. Aplausos para los concejales, aunque el resto de la ciudadanía siga esperando que también descubran que va a pasar con la otra mitad del presupuesto que no han comprometido.

El funeral: Este no es cualquier funeral. Es de estricta etiqueta política, pero con drama y lágrimas. El Concejo Municipal, con un ánimo constructivo adelanta por primera vez una moción de censura. Resultado: renuncia inmediata del Jefe de Gabinete, el afectado. Aquí no hubo flores ni discursos sentidos. Más bien parecía que todos llevaban prisa para que la moción se diera. Esto, dicen, debería hacer reflexionar al alcalde y su equipo, por qué parece que se celebran con más ganas los funerales políticos que las bodas .

Posdata: Mientras tanto, las comunidades del Cañón del Micay han llegado a Popayán y, como ya es costumbre, han bloqueado la vía Panamericana. No quieren discursos ni promesas de hidroeléctricas o puertos futuristas. Quieren soluciones para las personas que viven el drama diario de la guerra. A ver, señor presidente y ministros, por favor ¿será que esta vez sí les dan unos minutos de su valioso tiempo?

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