miércoles, diciembre 17, 2025
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Desatinos injustificables

FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO

1- “Paz total” VS. Amenaza intervencionista: hasta hoy, la política de “Paz Total” es una fantasía irrealizable, sin resultados tangibles. Los grupos armados que negocian la paz con el gobierno Petro –ELN, Disidencias, Clan del Golfo-, son considerados “organizaciones terroristas” por Trump, quien vocifera que puede acometer contra cualquier país que “produzca/trafique drogas”. Tal intimidación, para nada descartable, está dirigida fundamentalmente contra cultivos/laboratorios/transportadores/agrupaciones ilegales. Colombia arrastra un pesado lastre, consistente en: incremento de áreas sembradas con coca;

“descertificación”; creciente “exportación” de cocaína; “negociaciones” con grupos tildados por Petro como narcotraficantes, que, para avanzar, requieren distender todas las acciones en su contra, mientras Washington exige lo opuesto: ¡logros materiales apreciables! que chocan, diametralmente, con las directrices de “paz total”, exacerban la tirantez entre Colombia-EE.UU., debilitan su menguada interlocución y excitan los ánimos de la ultraderecha yanqui. La pretensión trumpista de endosarnos la responsabilidad del sobreconsumo de drogas en su país es inadmisible. Ella está determinada por una compulsión drogadicta, impelida directamente en sus ejércitos por el propio gobierno estadounidense desde la guerra de Corea (1950). Los colombianos debemos oponernos categóricamente a la manipulación amañada de la “Drug Policy” de Trump, para justificar su intervención militar en nuestro país. Primero, ¡debemos instaurar la PAZ en Colombia! Luego, ¡lo demás!

2- Nobel inmerecido: Alfred Nobel ideó este honor como reconocimiento a quienes prohíjan la hermandad/cooperación entre los pueblos, la NO agresión, la coexistencia pacífica y el arreglo amistoso de las controversias. Sin embargo, el Comité del Nobel a contrapelo de su creador, otorgó esta distinción a políticos muy cuestionados como Henry Kissinger (1973), Yasser Arafat (1994), Aung San Suu Kyi (1991), Barak Obama (2009), Abiy Ahmed (2019), desnaturalizando su verdadero objetivo, convirtiéndolo en instrumento de presión política. La Premio Nobel de Paz 2025, María Corina Machado, solicitó reiteradamente a EE.UU. su intervención armada para superar la crisis política padecida por Venezuela, actitud contraria al establecimiento de la Paz. Abiertamente, invoca la aplicación del TIAR -Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca-, instrumento que legitima la injerencia extranjera/dilata el conflicto, reflejando una total incoherencia del mencionado Comité. Machado dedicó el Nobel de Paz a Trump, símbolo del belicismo internacional y las políticas brutales, reforzando ideales antagónicos a las concepciones civilizadas/racionales/pacifistas. La dignidad que recayó en la persona de Corina Machado, afianza las ficciones de paz mundial, convivencia armónica entre los pueblos, diálogo equilibrado y justicia internacional. Hoy, el Nobel de Paz NO encarna una doctrina congruente, sino que divulga mensajes

desconcertantes, galardona la paz mientras atiza las guerras, carece de razón de ser. ¡Inmerecido reconocimiento, para María Corina!

3- De gestores de transporte” a “promotores inmobiliarios”: ¿Voracidad empresarial o desarrollo urbano? El accionista principal de Transmilenio es el Distrito Capital (73%); el 27% restante, corresponde a inversionistas particulares; sus operadores son empresas privadas. ¡Los empresarios insisten en la “crisis financiera” de la entidad! y, para superarla parcialmente, la alcaldía propuso incrementar $250

(7.8%) por pasaje en 2026, pasando de $3.200 a $3.450. Si Transmilenio atraviesa, actualmente, por una “crisis financiera”, ¿cómo pretende constituirse en “promotor inmobiliario”? La almendra del asunto radica en “capturar parte de la plusvalía – valorización de los predios- generada por la infraestructura desarrollada por dicha empresa”, ¡en beneficio de lo público! (¿?). Los PRUMS –Proyectos de Renovación Urbana y Movilidad Sostenible- propiciarían la utilización de predios propios de Transmilenio o su articulación con propiedades privadas, adyacentes a sus corredores, para ¡“impulsar proyectos inmobiliarios”! De tal manera, Transmilenio impelería proyectos de vivienda –VIP, VIS, no VIS-, renovación del entorno urbano

e incorporación social al Sistema Integral de Transporte Público –SITP-.

Es pertinente evocar que durante su alcaldía (2016-19), Enrique Peñalosa trató de implementar planes similares a los PRUMS, enfocando su propósito en los Barrios Paulo VI, La Esmeralda, etc. Pero… la férrea organización del vecindario, le impidió gestionar su cometido. Hoy, despliega iniciativas parecidas el alcalde Carlos Fernando Galán –con mandato incierto por posible revocatoria-, en el conjunto residencial Metrópolis. Vale destacar algunos lunares: es un barrio de “clase media”, con edificios de 5 pisos y apartamentos de 120 Mts. Se proyecta construir torres de 25 pisos, 2500 departamentos de los cuales 260 son viviendas VIS. El 63% de sus propietarios se niega a cambiar de ubicación. A un matrimonio de pensionados le ofrecen en trueque por su apartamento, dos apartaestudios (28 Mts., cada uno), espacio necesario para “su nuevo estilo de vida”. El distrito capital llama a este eufemismo “revitalización con justicia territorial”. Sintetizando, los PRUMS son el eje central del desarrollo urbano, vivienda, movilidad, acceso a VIS/VIP bien localizadas/valorizadas y fuente de financiación del transporte. Instituyen despojamientos reales, ¡EXPROPIACIONES CAMUFLADAS! Son dispositivos clave para definir la política de ciudad –ordenación del territorio, uso del suelo, infraestructuras-, que afectará inmediatamente toda Colombia. ¡OPONGÁMONOS ORGANIZADAMENTE!

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