Hugo Cosme Vargas – hacv@unicauca.edu.co
Estar cerca de un océano es un privilegio que no todos los países de la tierra poseen, pero tener costas en dos mares es una exquisitez que muy pocos habitantes del mundo tenemos a nuestra disposición. Colombia fue enriquecida cuando repartieron el terreno y nos dieron de regalo 3060 kilómetros con hermosas playas en el Atlántico y en el Pacífico, que aún no hemos aprendido a disfrutar, en especial estas últimas que limitan con la pobreza y el atraso de unas comunidades que continúan aisladas de una sociedad que unos pocos kilómetros más allá disponemos de mejores condiciones de vida.
En América hay varios ejemplos de cómo su población buscó prontas salidas al Océano Pacífico: Canadá hacia Vancouver, Estados Unidos a Los Ángeles, México en Manzanillo, Panamá con su maravilloso canal iniciando en Balboa, Ecuador con Guayaquil, Chile en Valparaíso y Colombia en Buenaventura. Pero, cada país tiene varios puertos en su costa, contando Colombia con sólo dos, que engalanan a los departamentos del Valle del Cauca y Nariño, haciendo notoria su ausencia en nuestro departamento del Cauca. ¿Por qué los ciudadanos vallecaucanos y nariñenses pudieron salir al mar hace rato, a través de una geografía de selvas y pantanos, que es similar a la que el departamento del Cauca exhibe en el occidente de su territorio?
Darle salida al departamento del Cauca hacia el mar Pacífico, aprovechando la buena mirada que el actual gobierno nacional nos brinda, debe ser hoy un coro unificado de los caucanos que, por fin, después de varias decenas de años, vemos que es posible cumplirse un sueño que desde niños abrigamos, cuando mirando al occidente, nuestros padres nos enseñaban, señalando con su dedo, que más allá del cerro de Munchique, caminando se llegaba al mar.
El Invías convino con la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad del Cauca el pasado 22 de noviembre, iniciar los estudios y diseños definitivos de 126 kilómetros de una buena carretera que conectará El Plateado con Guapi, dándole así salida a Popayán hacia el mar Pacífico, a través de El Estrecho, Balboa, Argelia, El Plateado y Guapi, lo cual es una gran noticia para los caucanos y el resto de los colombianos que, en un horizonte cercano dispondremos de otra salida al mar, esta vez en territorio caucano.
El reto es inmenso para el equipo de ingenieros civiles, ambientales, geólogos, topógrafos y antropólogos que participaremos en este hermoso proyecto que estará dibujado en las montañas de la cordillera Occidental, saliendo de El Plateado, y en las llanuras del Pacífico, llegando a la población de Guapi, bordeando siempre las terrazas del río Napi y atravesando en el final el caudaloso río Guapi.
De nuestra parte pondremos experiencia y corazón para que estos estudios y diseños puedan realizarse, pero también necesitamos el apoyo incondicional de todas las comunidades de los municipios de Argelia, Timbiquí y Guapi, que quedan en la zona de influencia directa del proyecto y que serán las primeras beneficiadas de él. A mis coequiperos les recuerdo una máxima de Nikos Kazantzakis: “Usted tiene un pincel y tiene los colores, usted pinta su paraíso y luego entra”.
