RODRIGO SOLARTE – rodrigosolarte27@gmail.com
Los adultos y mayores que tenemos el crecimiento y desarrollo integral de la niñez en mente, pensamos en futuro desde el presente. La memoria del pasado ha evolucionado con la historia vivida en contextos diversos, personal, familiar, grupal, en comunidad y sociedad. Nuevos procesos caminarán y construirán, las niñas, niños, adolescentes y jóvenes del Cauca y Colombia que nos preocupa.
Pese a la conflictiva y violenta realidad que involuntariamente los humanos hemos desencadenado, afectando al planeta que habitamos, culpándonos diferencialmente al aplicar principios y valores de vida colectiva, personal y familiar, los conscientes abordajes integradores que llamamos políticos, para el todo y las partes, nos continúan dividiendo entre continuadores de lo mismo, y los diversos procesos que consideramos necesarios para buscar y encontrar alternativas diferentes, que cambien las tradicionales formas de elegir, gobernar y administrar, las cuales han alimentado conciencias conservadoras o estáticas que añoran lo vivido por ellos desde la infancia, y otros, económicamente beneficiados por su trabajo, no siempre remunerados con justicia, si es que no han estado desempleados o en el rebusque diario para sobrevivir.
Los terrícolas nos encontramos en un período de la historia que está retando hasta la supervivencia de la especie humana, magna crisis estimulante a la vez de grandes iniciativas, cuyos procesos creativos recorren desde nuestros orígenes o ancestros, hasta los impresionantes aportes de las ciencias y las tecnologías, lejos aún de entender nuestra presencia en el cosmos desconocido, objeto de imaginarios, visiones, sueños, religiones, artes, músicas, literatura y tantas más, atribuidas al comandante cerebro humano que tantos misterios tiene por dilucidar.
El diario vivir de los caucanos es un reto integral o multicausal a estas académicas reflexiones deducidas de la interpretación de los hechos.
Tal realidad comunicada por los diferentes medios accesibles a la niñez y juventud, nos exige como adultos, encontrar la verdad y la manera de comunicarla, acorde al interés formativo y mensaje humano necesario, misión menos difícil cuando afectos, optimismo compartido con las nuevas generaciones y conocimiento del ser humano en crecimiento y desarrollo, en lo biológico, psicológico, contextual, social y cultural, ha sido y sea nuestra preocupación e interes como padres, madres, hermanos, profesionales o no, y otros acompañantes bien tratantes de niñas, niños y adolescentes.
Los actuales valores y principios de vida que han formado a las actuales conciencias de las elites globales repartidas en varios continentes, se concentraron en la economía con cuerpo, alma, espíritu, y las violencias, para alcanzar y mantener el poder político sobre las mayorías poblacionales, genéricamente llamados pueblos.
La economía como medio de subsistencia material a lograr por el trabajo justamente remunerado, no como principio y fin de la vida física, ha de integrarse progresivamente en las conciencias de los reales SERES HUMANOS del presente y futuro local, regional y planetario de las diversas culturas evolucionadas, y las nuevas o mejoradas que las generaciones vayan creando.
Cada era histórica vivida, ha construido conciencias conformes y muchas inconformes, para renovar ese presente o revolucionarlo con procesos, pacíficos como en la Colombia actual, con todas las violencias y corrupciones que vienen desde el pasado y pretende perpetuarse, acudiendo a la pasividad, engaños, y violencias ejercidas durante tanto tiempo.
La cultura del BUEN TRATO INTEGRAL en todas las instancias de la vida social, económica, solidaria, formativa o educativa, y conviviente con la naturaleza y seres humanos sin distinciones de ninguna índole, lleva implícita la necesaria renovación de CONCIENCIAS maltratadoras de la vida y la biodiversidad que nos sostiene y mantiene en el cosmos como terrícolas. Diferente será ese futuro que soñamos y cada día despierta conscientemente más participantes en la organización nacional y regional que se requiere para su continuidad.