Por: Cayo Betancourt – cayobetancourt@gmail.com – @cayobetancourt
Las organizaciones buscan posicionarse en el mercado, seguir los pasos de las más exitosas y en algunos casos cuando son líderes, crean prácticas que muestran resultados sorprendentes. Para mantener su competitividad, es necesario generar buenas prácticas de aprendizaje y promover el desarrollo de carrera entre sus miembros, al cual es un balance entre las necesidades corporativas, las aspiraciones del empleado y su iniciativa para lograr estos objetivos.
Cuando ese delicado balance se pierde, las organizaciones observan empleados desmotivados, cuyas necesidades de crecimiento se frustran o los equipos de trabajo presentan un bajo rendimiento debido a la falta de capacidades, actualización y motivación entre sus miembros. Los líderes generalmente crean espacios abiertos donde se presentan las necesidades de la organización, alineadas con su estrategia corporativa y buscan que las personas de su equipo a nivel individual se comprometan con objetivos de desarrollo que sean específicos, medibles, alcanzables, relevantes y delimitados en el tiempo. Cuando no existe ese compromiso o la disposición abierta entre las partes para tener ganancia frente a esta situación, se presenta un estancamiento de carrera, donde una de las partes no obtiene lo esperado y la otra no está dispuesta a ceder frente a las necesidades esperadas.
Este escenario no es el mejor para personas que están iniciando su carrera profesional, porque una falta de guía o un entorno laboral complejo puede dejar una huella de carrera que se refleje en su comportamiento posterior, afectando de esta manera a otras personas en el futuro. En el otro extremo, se puede observar run líder senior que tiene las iniciativas, experiencia y capacidades para tomar nuevos retos pero la falta de posiciones, oportunidades y apoyo de su líder, lo relegan a un segundo plano, generando frustración y afectando su desempeño profesional.
Por otra parte, las acciones de los equipos de trabajo la constante presión por cumplir los objetivos puede crear un entorno donde el aprendizaje y el desarrollo profesional se releguen a un segundo plano, generando equipos que presentan un alto desempeño pero mantenerlos actualizados frente a nuevas tecnologías se convierte en un reto debido a las dinámicas internas del equipo. En este caso, es necesario generar conciencia de la necesidad de equilibrio y buscar valles de trabajo donde las personas puedan descargar su presión laboral y actualizar sus conocimientos para mantener la competitividad requerida. Hace varios años estuve trabajando con un equipo especializado en el manejo de datos, ellos tenían gran habilidad con ciertas herramientas que les permitían segregar y migrar datos entre diferentes plataformas. Este equipo tenía una particularidad, la mayoría de sus miembros estaban por retirarse y un par de personas jóvenes también hacían parte del grupo. Para estas últimas se presentaban los retos más grandes porque sus oportunidades y necesidades para desarrollar nuevas habilidades estaban limitadas por las condiciones especiales de este equipo.
Finalmente, es necesario manejar un equilibrio entre las necesidad de aprendizaje, la estrategia corporativa y los espacios dedicados a este. Porque la pérdida de competitividad es un valor de mercado el cual se afecta cuando las organizaciones no generan un balance para el desarrollo de carrera entre sus empleados.