Por: Juan Pablo Matta Casas
A pocos días de comenzar un nuevo año, es momento de reflexionar sobre los retos que enfrentamos como departamento y proyectar nuestros deseos para un Cauca más seguro, próspero y unido en 2025.
La seguridad en el Cauca sigue siendo un desafío prioritario. Durante 2024, los episodios de violencia, los desplazamientos forzados y el aumento de las amenazas a líderes sociales evidenciaron la necesidad urgente de fortalecer la presencia del Estado en todos los rincones de nuestro departamento. No podemos seguir permitiendo que el miedo sea el lenguaje dominante en nuestra tierra.
Para 2025, mi deseo es que las autoridades prioricen una estrategia integral de seguridad. Esto implica no solo el despliegue de la fuerza pública, sino también el desarrollo de programas sociales y económicos que atiendan las causas profundas del conflicto. A los caucanos, los invito a unir esfuerzos, denunciar y participar activamente en iniciativas de paz. La seguridad no es solo una tarea del gobierno, sino un compromiso colectivo que exige valor y determinación.
El crecimiento económico debe ser otro de los pilares de nuestra agenda para 2025. Durante 2024, la economía del Cauca enfrentó enormes desafíos. La violencia no solo afecta a nuestras comunidades, sino que también limita la inversión, el desarrollo del comercio y el turismo. A esto se suman problemas estructurales como el acceso limitado a créditos para pequeños agricultores, la precariedad en la infraestructura vial y la falta de diversificación económica.
El Cauca tiene un potencial inmenso. Desde la riqueza de nuestras tierras agrícolas hasta el patrimonio cultural de nuestras comunidades, tenemos los recursos necesarios para posicionarnos como un ejemplo de desarrollo sostenible. Mi deseo es que en 2025 trabajemos en conjunto para fortalecer sectores clave como la agroindustria y el turismo, asegurando que estos sean motores de crecimiento equitativo que beneficien tanto a nuestras zonas rurales como urbanas.
Es crucial fomentar alianzas público-privadas, incentivar la formalización de pequeños negocios y garantizar que los recursos del Sistema General de Regalías se traduzcan en obras que mejoren la calidad de vida de todos los caucanos.
En una región tan diversa como el Cauca, el diálogo social no es solo un ideal, sino una necesidad. Las tensiones entre comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes; las demandas históricas de acceso a la tierra; y los conflictos derivados de los modelos de desarrollo económico requieren espacios de concertación que permitan encontrar soluciones justas y sostenibles.
Espero que en el 2025 logremos fortalecer los mecanismos de diálogo en todos los niveles: invito a las autoridades a escuchar con humildad y a las comunidades a participar con apertura. El diálogo no significa renunciar a nuestras convicciones, sino encontrar puntos de convergencia que nos permitan avanzar como sociedad.
La autoridad y la justicia son esenciales para garantizar que el Estado cumpla su función de proteger a los ciudadanos y promover el bienestar común. Durante 2024, vimos cómo la falta de capacidad institucional en algunos municipios del Cauca permitió que actores ilegales impusieran su control, afectando tanto la seguridad como la economía.
En 2025, mi deseo es que el gobierno departamental y nacional refuercen las instituciones públicas, dotándolas de los recursos necesarios para actuar con eficacia y transparencia. Es fundamental garantizar que la justicia llegue a las zonas más apartadas, que los crímenes no queden impunes y que las autoridades actúen con firmeza frente a cualquier acto que vulnere los derechos de los caucanos.
A pesar de los desafíos que enfrentamos, el Cauca tiene un espíritu indomable. Hemos sido testigos de la fortaleza de nuestra gente y de la esperanza que se renueva cada día en quienes trabajan por un futuro mejor. Mi deseo para todos los caucanos es que 2025 sea un año de oportunidades, de avances concretos para la región y sobre todo de unión.
A cada caucano, a cada familia, les deseo un feliz y próspero 2025. Que la esperanza nos guíe y que el trabajo conjunto sea nuestra mayor fortaleza. ¡El Cauca merece lo mejor, y juntos podemos lograrlo!