Padre Jesús Fernando Vega Muñoz Pbro
Hoy 28 de noviembre en mi aniversario sacerdotal, recuerdo mi vida vocacional, lo que tuve que vivir y doy gracias a Dios por el llamado que él hace y nunca suelta sino que más bien lo toma más fuerte de la mano y a pesar de los tropiezos que se presenten en el camino, cuando uno es elegido por Dios, él dice aquí estoy y serás uno de mis discípulos para llevar el Evangelio a todas las gentes.
Todos los hombres, siempre andamos en busca de la felicidad y nos afana os muchas veces en encontrarla y cuando la encontramos no queremos por nada en el mundo separarnos de ella, y nuestra apreciación de la vida cambia trascendentalmente, cuando nos encontramos con Dios, todas las seguridades y proyectos que creíamos seguros tiemblan ante la llamada a ser un discípulo suyo, a ser un sacerdote, esto me cautivo para seguir al Señor, encontrar el sentido de mi vida en el servicio a mis hermanos.
Hoy recuerdo con agrado la primer misión en una vereda de Totoró, donde nunca había ido un seminarista, una experiencia muy grata como todas las misiones qué realicé siendo seminarista, otra de las misiones que recuerdo tanto es la del bajo Naya, donde por horas y horas caminando, pudimos llegar a evangelizar a las gentes de esta comunidad.
Jesús llama y nosotras somos los que respondemos.
Nadie es profeta en su propia tierra, aunque amo mi tierra caucana, las cosas quizá no se dieron allá pero gracias a Dios y al llamado que él hace le respondí con agrado para ser sacerdote de Villavicencio, donde doy gracias a Dios por traerme a esta tierra de los llanos, a Mosn Oscar por su voto de confianza en mi.
Hoy puedo decir soy sacerdote para Cristo y el llamado que él me hace es #AtrabajarPorCristo y los demás.
Querido joven, no tengas temor en dar ese sí generoso al señor sea donde sea, sea en tu propia diócesis o en otra o en alguna comunidad, pero nunca le digas no al Señor. Arriésgate sin mirar atrás, arriésgate por Cristo y nada más.
