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InicioOPINIÓNJuan Camilo López M.2025: Un año para concretar y no improvisar

2025: Un año para concretar y no improvisar

Concluidas las celebraciones de blancos y negros en la mayoría de los municipios del Cauca, es momento de hablar de las necesidades en materia pública para el 2025. Tal como mencioné hace un año en esta misma fecha, el entusiasmo inicial de los mandatarios iba a disminuir con el paso del tiempo, pues en estas festividades, su presencia fue mucho menos entusiasta que hace un año, y en algunos municipios, ni siquiera estuvieron presentes. Por supuesto, esto tiene una explicación: el tiempo de las promesas quedó atrás, y las comunidades exigen resultados palpables. Los bajos índices de ejecución presupuestal reflejan improvisación, poca planificación y una desconexión con las necesidades reales.

El 2025 representa una oportunidad para corregir el rumbo. Los gobernantes del Cauca deben asumir este segundo año con un equipo fortalecido, asesorías técnicas adecuadas y una planificación seria que priorice soluciones reales a problemas estructurales. Además, es imprescindible la generación de condiciones de gobernabilidad, que implica capacidad política, con diálogos efectivos tanto con la ciudadanía como con las corporaciones de control.

Entre las prioridades ineludibles para el Cauca, se encuentra la seguridad, un tema que continúa siendo la principal demanda ciudadana y requiere acciones integrales que incluyan fortalecimiento institucional en las zonas rurales, coordinación con la fuerza pública y una apuesta seria por la reconstrucción del tejido social. Además, las zonas rurales del Cauca siguen esperando una transición efectiva hacia economías lícitas, con estrategias de sustitución de cultivos que vayan más allá de discursos ambiguos y promesas poco realistas como comprar la coca en El Plateado. En este aspecto, es urgente retomar la confianza de los territorios mediante acciones concretas y sostenibles.

En Popayán, el debate alrededor del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) marcará la agenda. Este instrumento define el futuro de la ciudad y compromete a toda la sociedad. Sin embargo, la administración necesita claridad en su visión, evitando incertidumbres como las generadas durante las recientes fiestas de Pubenza. Este año debe ser el punto de partida para construir consensos y avanzar en proyectos que realmente transformen la ciudad.

No debemos olvidar que, aunque 2025 no es un año electoral, será clave para sentar las bases de las elecciones legislativas y presidenciales del 2026. La organización de las listas para las curules territoriales y las circunscripciones especiales de víctimas en el Cauca comenzará a tomar forma, con implicaciones directas en la gobernabilidad y las dinámicas políticas locales.

Del gobierno nacional, poco se puede esperar. Las inversiones prometidas para el sur han sido insuficientes, y proyectos como la doble calzada Pasto-Popayán siguen siendo más una esperanza que una realidad, no obstante, esperemos que pueda ser materializada al igual que el Pacto Cauca. 2025 debe ser el año en que la gestión local demuestre que la improvisación quedó atrás y que la planeación y los resultados son la nueva norma

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