La Asociación Colombiana de Sociedades Científicas y la Asociación Colombiana de Infectología cuestionaron afirmaciones del mandatario sobre el medicamento Dolutegravir y pidieron garantizar acceso continuo a tratamientos con base en evidencia médica.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
La Asociación Colombiana de Sociedades Científicas (ACSC) y la Asociación Colombiana de Infectología (ACIN) expresaron su inconformidad ante las recientes declaraciones del presidente Gustavo Petro sobre el tratamiento del VIH, en particular respecto al medicamento Dolutegravir. En un comunicado conjunto, ambas entidades aclararon que este fármaco no hace retroceder el VIH, aunque es un inhibidor de la integrasa altamente eficaz que permite mantener una carga viral indetectable cuando se usa dentro de un esquema de tratamiento adecuado.
El Dolutegravir y su rol en el tratamiento del VIH
Según las sociedades científicas, el Dolutegravir ha sido recomendado desde 2021 por la Guía de Práctica Clínica colombiana como el fármaco de primera elección para tratar a pacientes con VIH, gracias a su efectividad y tolerabilidad. Sin embargo, enfatizaron que no se trata de una cura, sino de un medicamento que permite a las personas mantener la infección bajo control y reducir el riesgo de transmisión.
Asimismo, insistieron en que garantizar la continuidad en la entrega de estos medicamentos es esencial, ya que el VIH es una condición crónica que requiere un tratamiento de por vida. “Es importante garantizar todos los mecanismos que permitan mantener sin interrupción el suministro de estos medicamentos”, señalaron en su pronunciamiento.
Acceso al tratamiento y rechazo al estigma
Las asociaciones también destacaron que el acceso al Dolutegravir en Colombia ha sido garantizado previamente a través del sistema de salud y las guías clínicas, lo que contradice la idea de que existía una barrera generalizada para obtenerlo. No obstante, reconocieron que el costo del medicamento ha aumentado recientemente, lo que ha generado dificultades en su distribución.
En cuanto a la distribución del medicamento, explicaron que las EPS no niegan sistemáticamente el suministro, pero sí han existido retrasos en la entrega debido a barreras administrativas.
Finalmente, el comunicado llamó la atención sobre el uso de términos como “contaminar” al referirse a la transmisión del VIH, ya que esta expresión estigmatiza a las personas con el virus y puede reforzar la discriminación. En su lugar, instaron a utilizar términos más precisos como “transmisión del VIH” o “riesgo de transmisión“, alineándose con una perspectiva médica basada en derechos humanos.
Las organizaciones médicas concluyeron que la comunicación sobre tratamientos y enfermedades debe hacerse con rigor científico para evitar la desinformación y generar confianza en la población.