A pesar de los esfuerzos de interdicción, un informe de la ONU revela que las exportaciones de cocaína en Colombia alcanzaron un récord histórico de 1.925 toneladas métricas en 2023, generando preocupación sobre sus implicaciones para la economía y la seguridad del país.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, El Liberal.
Un reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señala que las exportaciones potenciales de cocaína en Colombia alcanzaron la alarmante cifra de 1.925 toneladas métricas en 2023. Este dato refleja un aumento considerable, a pesar de los intensos esfuerzos del gobierno colombiano y la comunidad internacional para combatir el narcotráfico mediante programas de erradicación y operaciones de interdicción.
El impacto de este récord no solo se siente en términos de seguridad, sino también en la economía colombiana. Si bien el narcotráfico ha generado flujos de dinero ilícito que distorsionan los mercados locales, afecta gravemente la estabilidad institucional y la percepción de Colombia en el ámbito internacional. El incremento de la producción y exportación de cocaína puede influir negativamente en la inversión extranjera y el crecimiento económico, particularmente en áreas rurales donde el cultivo de coca ha desbordado las alternativas legales para los campesinos.
El informe destaca que la sofisticación de las redes del narcotráfico ha superado los intentos de interdicción. Las rutas de exportación se han expandido, y las organizaciones criminales están utilizando métodos cada vez más avanzados para evadir el control de las autoridades. Esta dinámica ha exacerbado la violencia en regiones clave como el Cauca y Nariño, donde las disidencias de las FARC y otros grupos armados ilegales controlan parte del comercio de cocaína.
El gobierno de Gustavo Petro ha propuesto políticas de reducción del narcotráfico, incluyendo la regulación de ciertos cultivos ilícitos y programas de sustitución de cultivos. Sin embargo, la magnitud del problema, reflejada en el informe de la ONU, sugiere que se requerirán esfuerzos mucho más coordinados entre las agencias nacionales e internacionales para reducir significativamente la producción y el tráfico de cocaína.
Este récord histórico plantea serios desafíos para las autoridades colombianas, quienes deben equilibrar las políticas de desarrollo rural, los programas de sustitución de cultivos y la lucha frontal contra el narcotráfico, al mismo tiempo que enfrentan las complejas realidades del conflicto armado y la inseguridad en las zonas más afectadas por la coca.
