El mandatario defiende a Ricardo Bonilla ante señalamientos de corrupción en la UNGRD y enfatiza la urgencia de una reforma tributaria para evitar un default financiero.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
En los últimos días, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha manifestado su respaldo al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien enfrenta acusaciones de corrupción relacionadas con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Simultáneamente, el mandatario ha subrayado la necesidad de aprobar una reforma tributaria que permita recaudar 12 billones de pesos adicionales para financiar el presupuesto de 2025, advirtiendo que, de no lograrse, el país podría enfrentar un impago de su deuda.
Las acusaciones contra el ministro Bonilla surgieron a raíz de declaraciones de María Alejandra Benavides, exasesora del Ministerio de Hacienda, quien afirmó que el ministro estaba al tanto de irregularidades en la UNGRD. Ante estos señalamientos, el presidente Petro defendió a Bonilla, calificándolo como “un ministro honesto” y sugiriendo que es víctima de una trampa. En sus palabras: “El ministro es víctima de otra trampa“.
En paralelo, el gobierno ha propuesto una reforma tributaria con el objetivo de recaudar 12 billones de pesos adicionales para el presupuesto de 2025. El ministro Bonilla presentó esta iniciativa al Congreso, destacando la importancia de estos recursos para financiar programas sociales y proyectos de infraestructura. Sin embargo, la propuesta ha enfrentado resistencia en el Legislativo, donde algunos sectores la consideran inviable y han expresado preocupaciones sobre su impacto en la economía.
El presidente Petro ha advertido que, sin la aprobación de la reforma tributaria, Colombia podría enfrentar un impago de su deuda, lo que tendría graves consecuencias para la economía nacional. Según el mandatario, la oposición busca llevar al país al default con fines electorales, obstaculizando las iniciativas del gobierno para obtener réditos políticos. En este contexto, Petro ha convocado a sesiones extraordinarias del Congreso para discutir la reforma, enfatizando la urgencia de su aprobación para garantizar la estabilidad financiera del país.
La situación ha generado diversas reacciones en el ámbito político y económico. Analistas financieros han expresado preocupación por la posibilidad de un impago de la deuda, señalando que ello afectaría la calificación crediticia de Colombia y encarecería el acceso a financiamiento internacional. Por su parte, líderes de la oposición han cuestionado la gestión económica del gobierno y han pedido mayor transparencia en el manejo de los recursos públicos.
En medio de este panorama, el ministro Bonilla ha reiterado su compromiso con la transparencia y la responsabilidad fiscal. Ha negado las acusaciones en su contra y ha manifestado su disposición a colaborar con las autoridades para esclarecer los hechos. Asimismo, ha defendido la necesidad de la reforma tributaria, argumentando que es esencial para financiar las prioridades del gobierno y evitar un deterioro de las finanzas públicas.
La discusión sobre la reforma tributaria y las acusaciones de corrupción en la UNGRD han puesto al gobierno de Petro en una posición delicada, enfrentando desafíos tanto en el frente político como en el económico. La resolución de estos temas será determinante para la estabilidad y el futuro del país en los próximos años.
